Discordia por herencia
Por: Tony Pina
La señora Escolástica Pérez Folderin sostiene que el fallecido García Mercedes era el padre biológico de Luis Manuel Pérez, pero que por ser una “querida” éste no le dio su apellido, al igual que a otros “hijos de la calle”.
La señora Escolástica Pérez Folderin sostiene que el fallecido García Mercedes era el padre biológico de Luis Manuel Pérez, pero que por ser una “querida” éste no le dio su apellido, al igual que a otros “hijos de la calle”.
Cuatro años después de muerto, las braguetas no dejan de ser un problema para el difunto Isidro García Mercedes, un exportador y empresario turístico de Puerto Plata que dejó una fortuna que terceros calculan en alrededor de 1,000 millones de pesos, sin contar con las acciones en bancos y los depósitos en certificados financieros.
Pero don Isidro no sólo amasó fortuna. Tuvo fama de mujeriego y, al decir de quienes le conocieron, “no se les salvaban ni las empleadas”. En sus 86 años, cuando murió en el 2007, tuvo cuatro “hijos de matrimonio” y seis “hijos de la calle”, a los cuales, sin embargo, nunca reconoció, “aunque a todos los mantuvo y se preocupó por pagarles sus estudios”, afirma Escolástica Pérez Folderin, hoy una anciana que asegura que en su juventud fue “querida” del difunto.
Tan pronto García cerró los ojos la disputa entre los “hijos de matrimonio” y los “hijos de la calle” no se hizo esperar. Tres demandas en paternidad cursan en los tribunales, una ya se encuentra en la Suprema Corte de Justicia y dos en la Corte Civil y Comercial de Puerto Plata luego de causa gananciosa en primera instancia.
García y su hermano Francisco García, alias Pancholo, (fallecido) se hicieron prósperos hombres de negocios a partir de 1940, cuando ambos fundaron en Gaspar Hernández la empresa “F.G.M. Exportadores”, que llegó a convertirse en una de las más grandes compañías de café y cacao de la región del Cibao.
A la muerte de Pancholo, García se quedó sólo con la empresa, a la cual rebautizó con las iniciales de su primer nombre y de su primer apellido (IG), a la vez que ensanchaba sus inversiones en la ganadería, adquiriendo miles de tareas para el fomento del ganado de carne y de leche.
Cuando el “boom” del turismo en Puerto Plata, en la década del 70, García incursionó en el negocio del sector construyendo cuatro hoteles en la zona, hoy valorados en unos 500 millones de pesos.
“Hijos de la calle”
En el humilde barrio de Los Cueto donde vive, doña Escolástica aún recuerda cuando conoció a García, de quien dice de inmediato la cortejó: “me extendió la mano para saludarme y me hizo cosquilla con un dedo”. Ella, al principio, se asustó, pero después se dejó enamorar: “me enviaba ropa y dinero, hasta que un día me mandó a buscar a la casa de una amiga, me encerró en una habitación y me hizo suya”. Al año, sigue recordando, “me dejó embarazada y, aunque ya no volvió donde mí, a mi niño no le faltó nada porque se preocupaba por su manutención y para que estudiara”.
Luis Manuel Pérez (Nino) habría sido el fruto de esa relación. El niño creció y estudió en la zona rural de Puerto Plata; dejó luego la escuela y emigró a Nueva York, de donde fue deportado por asuntos de drogas. “Cuando el viejo lo supo, se desencantó de mí. No volvió a darme nunca más un chele”.
Nino no volvió a ver al hombre que dice lo engendró, “pero cuando murió mis hermanos, los hijos del matrimonio con Rosa Lidia de los Santos, me costearon una prueba de ADN y cuando se dieron cuenta que yo tenía el 99.99% de la sanguinidad del difunto me dieron 200 mil dólares (7.4 millones de pesos) y me compraron una casa”.
La felicidad poco le duró a Nino. A los dos años no tenía un centavo. Las parrandas, mujeres, amigos y drogas acabaron con su fortuna.
Nino se considera que fue engañado. Cree que le toca más dinero. Su abogado, Carlos Brito, ha ganado dos demandas en paternidad. Actualmente está pendiente el fallo de la casación.
Otras demandas han sido incoadas por otros cinco “hijos de la calle”. La decisión más reciente la dio el juez ManuelUreña, de la Segunda Sala Civil y Comercial de Puerto Plata, a favor de Valentina García Martínez y Edita Ureña. Las dos afirman que son hijas biológicas de García. A Edita también le hicieron el estudio de ADN y sus resultados dieron positivos.
Apelan fallo sobre prueba de ADN
Invocando el artículo 55 de la Constitución, que consagra el derecho de los hijos a tener un nombre y a demandar paternidad, así como la ley 136-03, que habla se refiere al derecho de la madre a demandar judicialmente para que el padre reconozca a su hijo, el juez Manuel Ureña dispuso que este jueves, 15 de diciembre, se exhumara el cadáver de García Mercedes para otra prueba ósea de ADN (ácidodexosirribonucleico), pero la decisión ya fue apelada por la parte demandada.
La señora Escolástica Pérez Folderin sostiene que el fallecido García Mercedes era el padre biológico de Luis Manuel Pérez, pero que por ser una “querida” éste no le dio su apellido, al igual que a otros “hijos de la calle”.
La señora Escolástica Pérez Folderin sostiene que el fallecido García Mercedes era el padre biológico de Luis Manuel Pérez, pero que por ser una “querida” éste no le dio su apellido, al igual que a otros “hijos de la calle”.
Cuatro años después de muerto, las braguetas no dejan de ser un problema para el difunto Isidro García Mercedes, un exportador y empresario turístico de Puerto Plata que dejó una fortuna que terceros calculan en alrededor de 1,000 millones de pesos, sin contar con las acciones en bancos y los depósitos en certificados financieros.
Pero don Isidro no sólo amasó fortuna. Tuvo fama de mujeriego y, al decir de quienes le conocieron, “no se les salvaban ni las empleadas”. En sus 86 años, cuando murió en el 2007, tuvo cuatro “hijos de matrimonio” y seis “hijos de la calle”, a los cuales, sin embargo, nunca reconoció, “aunque a todos los mantuvo y se preocupó por pagarles sus estudios”, afirma Escolástica Pérez Folderin, hoy una anciana que asegura que en su juventud fue “querida” del difunto.
Tan pronto García cerró los ojos la disputa entre los “hijos de matrimonio” y los “hijos de la calle” no se hizo esperar. Tres demandas en paternidad cursan en los tribunales, una ya se encuentra en la Suprema Corte de Justicia y dos en la Corte Civil y Comercial de Puerto Plata luego de causa gananciosa en primera instancia.
García y su hermano Francisco García, alias Pancholo, (fallecido) se hicieron prósperos hombres de negocios a partir de 1940, cuando ambos fundaron en Gaspar Hernández la empresa “F.G.M. Exportadores”, que llegó a convertirse en una de las más grandes compañías de café y cacao de la región del Cibao.
A la muerte de Pancholo, García se quedó sólo con la empresa, a la cual rebautizó con las iniciales de su primer nombre y de su primer apellido (IG), a la vez que ensanchaba sus inversiones en la ganadería, adquiriendo miles de tareas para el fomento del ganado de carne y de leche.
Cuando el “boom” del turismo en Puerto Plata, en la década del 70, García incursionó en el negocio del sector construyendo cuatro hoteles en la zona, hoy valorados en unos 500 millones de pesos.
“Hijos de la calle”
En el humilde barrio de Los Cueto donde vive, doña Escolástica aún recuerda cuando conoció a García, de quien dice de inmediato la cortejó: “me extendió la mano para saludarme y me hizo cosquilla con un dedo”. Ella, al principio, se asustó, pero después se dejó enamorar: “me enviaba ropa y dinero, hasta que un día me mandó a buscar a la casa de una amiga, me encerró en una habitación y me hizo suya”. Al año, sigue recordando, “me dejó embarazada y, aunque ya no volvió donde mí, a mi niño no le faltó nada porque se preocupaba por su manutención y para que estudiara”.
Luis Manuel Pérez (Nino) habría sido el fruto de esa relación. El niño creció y estudió en la zona rural de Puerto Plata; dejó luego la escuela y emigró a Nueva York, de donde fue deportado por asuntos de drogas. “Cuando el viejo lo supo, se desencantó de mí. No volvió a darme nunca más un chele”.
Nino no volvió a ver al hombre que dice lo engendró, “pero cuando murió mis hermanos, los hijos del matrimonio con Rosa Lidia de los Santos, me costearon una prueba de ADN y cuando se dieron cuenta que yo tenía el 99.99% de la sanguinidad del difunto me dieron 200 mil dólares (7.4 millones de pesos) y me compraron una casa”.
La felicidad poco le duró a Nino. A los dos años no tenía un centavo. Las parrandas, mujeres, amigos y drogas acabaron con su fortuna.
Nino se considera que fue engañado. Cree que le toca más dinero. Su abogado, Carlos Brito, ha ganado dos demandas en paternidad. Actualmente está pendiente el fallo de la casación.
Otras demandas han sido incoadas por otros cinco “hijos de la calle”. La decisión más reciente la dio el juez ManuelUreña, de la Segunda Sala Civil y Comercial de Puerto Plata, a favor de Valentina García Martínez y Edita Ureña. Las dos afirman que son hijas biológicas de García. A Edita también le hicieron el estudio de ADN y sus resultados dieron positivos.
Apelan fallo sobre prueba de ADN
Invocando el artículo 55 de la Constitución, que consagra el derecho de los hijos a tener un nombre y a demandar paternidad, así como la ley 136-03, que habla se refiere al derecho de la madre a demandar judicialmente para que el padre reconozca a su hijo, el juez Manuel Ureña dispuso que este jueves, 15 de diciembre, se exhumara el cadáver de García Mercedes para otra prueba ósea de ADN (ácidodexosirribonucleico), pero la decisión ya fue apelada por la parte demandada.