La crisis activa el ingenio
Por: Petra Saviñon
La crisis activa el ingenio
La carencia de un empleo informal y la crisis económica despiertan el ingenio y la necesidad de crear pequeñas empresas como una manera de
ganarse la vida o como una segunda opción para aumentar los ingresos.
Son innumerables las actividades que la gente desarrolla para conseguir dinero, día tras días surgen esos micros negocios, que sirven de ayuda muchas familias.
Karla González, una joven de 27 años, trabaja como recepcionista en un colegio donde devenga un sueldo mínimo, decidió incrementar sus ganancias con la venta de aretes, collares y otros accesorios que ella misma confecciona.
“La situación está muy mala, hay que buscársela por otros medios” dice.
Al igual que ella, cientos de personas se dedican a esta y a otras actividades con el propósito de rendir los “chelitos”, como Luis de los Santos, al que el desempleo lo ha llevado a vender diversos productos por catálogos como suplementos alimenticios, medicinas naturales y cosméticos.
“Hay que ponerse en algo, yo tengo un año sin trabajo, de algún modo tengo que sobrevivir y la verdad es que no me va mal, este negocito me sirve de algo” expresa.
Además de los que se destinan a hacer ese tipo de transacción, están los que andan ofertando diversos productos por las calles como Manuel Alcántara, que recorre Las Caobas, vendiendo fósforos, papel higiénico, velas, pinchos y un sinnúmero de chucherías.
El economista Juan Carlos Medina, destaca que la República Dominicana es uno de los países con la tasa de desempleo más alta del Caribe, 14.4%, lo que da paso a que esa modalidad de trabajo vaya en crecimiento y se convierta en una alternativa para la juventud desocupada.
Las microempresas, formales e informales, forman parte fundamental de la economía de muchas familias en barrios marginados, por lo que resulta común encontrar en zonas como La Romana donde operan fábricas de ropa interior, mientras que en Los Tres Brazos, Invimosa, Villa Francisca y otros, se hallan de jeans y de franelas.
Esos negocios, cuyos beneficios inmediatos pueden ser deslumbrantes, tienen diversas desventajas, una es que no cuentan ciertos beneficios de ley como seguro de salud, pensiones otros, según explica Medina.
El alto índice de desempleo que envuelve al país, ha provocado un aumento del mercado laboral informal y son los jóvenes, los principales afectados. Estadísticas del ministerio de Trabajo registran que cerca de un 52% de los trabajadores informales, está comprendido por un segmento de 14 a 35 años. Jóvenes que día a día salen a las calles a ofrecer diversos servicios, para evitar dejar terreno a la delincuencia.
/www.mipais.com.do/
La crisis activa el ingenio
La carencia de un empleo informal y la crisis económica despiertan el ingenio y la necesidad de crear pequeñas empresas como una manera de
ganarse la vida o como una segunda opción para aumentar los ingresos.
Son innumerables las actividades que la gente desarrolla para conseguir dinero, día tras días surgen esos micros negocios, que sirven de ayuda muchas familias.
Karla González, una joven de 27 años, trabaja como recepcionista en un colegio donde devenga un sueldo mínimo, decidió incrementar sus ganancias con la venta de aretes, collares y otros accesorios que ella misma confecciona.
“La situación está muy mala, hay que buscársela por otros medios” dice.
Al igual que ella, cientos de personas se dedican a esta y a otras actividades con el propósito de rendir los “chelitos”, como Luis de los Santos, al que el desempleo lo ha llevado a vender diversos productos por catálogos como suplementos alimenticios, medicinas naturales y cosméticos.
“Hay que ponerse en algo, yo tengo un año sin trabajo, de algún modo tengo que sobrevivir y la verdad es que no me va mal, este negocito me sirve de algo” expresa.
Además de los que se destinan a hacer ese tipo de transacción, están los que andan ofertando diversos productos por las calles como Manuel Alcántara, que recorre Las Caobas, vendiendo fósforos, papel higiénico, velas, pinchos y un sinnúmero de chucherías.
El economista Juan Carlos Medina, destaca que la República Dominicana es uno de los países con la tasa de desempleo más alta del Caribe, 14.4%, lo que da paso a que esa modalidad de trabajo vaya en crecimiento y se convierta en una alternativa para la juventud desocupada.
Las microempresas, formales e informales, forman parte fundamental de la economía de muchas familias en barrios marginados, por lo que resulta común encontrar en zonas como La Romana donde operan fábricas de ropa interior, mientras que en Los Tres Brazos, Invimosa, Villa Francisca y otros, se hallan de jeans y de franelas.
Esos negocios, cuyos beneficios inmediatos pueden ser deslumbrantes, tienen diversas desventajas, una es que no cuentan ciertos beneficios de ley como seguro de salud, pensiones otros, según explica Medina.
El alto índice de desempleo que envuelve al país, ha provocado un aumento del mercado laboral informal y son los jóvenes, los principales afectados. Estadísticas del ministerio de Trabajo registran que cerca de un 52% de los trabajadores informales, está comprendido por un segmento de 14 a 35 años. Jóvenes que día a día salen a las calles a ofrecer diversos servicios, para evitar dejar terreno a la delincuencia.
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