Afiliados de Senasa elogian trabajo del personal de la entidad, perro lanzan misiles contra algunos médicos del Jaime Mota

Por: Juan Francisco Matos

BARAHONA.- Afiliados a los regímenes Subsidiado y Contributivo de la Gerencia Regional IV del Seguro Nacional de Salud (Senasa), destacaron el buen trabajo que desarrolla el personal del organismo, en especial, su gerente doctor Marco A. Soto Aguasvivas.

Entre el personal que desempeña a cabalidad sus funciones y les dispensa buen trato, muchos afiliados identificaron a Alba Luz vallejo. Encargada de Atención al Usuario, Yenny Barrera, Encargada d eAfiliación y Lisi Mariel Figuereo, Secretaria Ejecutiva.

"Del personal de Senasa, nosotros los afiliados no tenemos quejas, porque es un equipo que desarrolla con eficiencia sus labores, y aparte de esto, siempre nos dispensan un buen trato", comentaron los afiliados Rafaela Féliz, Kenia Altagracia Guillermo, Pedro Juan Mtaos, entre otros.

No obstante, varios de estos lanzaron fuertes críticas contra algunos médicos de la emergencia del hospital Jaime Mota, que en ocasiones cuando se presentan allí en busca de salud, estos los tratan como si fueran perros.

"Esto no es responsabilidsad de la dirección de ese centro asistencial, sino de los propios médicos que nos tratan mal, lo que en ocaciones ha provocado serios altercados de palabras con varios de nosotros", comentaron.

Expresan que algunas veces cuando han amenazado a algunos de esos malos galenos con denunciarlos ante la dirección del Jaime Mota, estos le han contestado: "Vayan donde ustedes quieran que nosotros somos del PLD y aquí nadie se mete con nosotros".

Señalaron que cuando algunos de esos médicos es de la oposición, al ellos reclamarles buena atención y buen trato y le dicen que lo llevarán a la Dirección, estos contestan con orgullo: El director no puede embromar mucho con nosotros, porque si nuestro partido llega al poder en el 2012, él sabe que no lo trataremos muy bien".

Esto significa que los afiliados de Senasa y otros que no lo son, tienen que aguantar todas las impertinencias de algunos médicos de servicio en emergencia, quienes llegan con el diablo encima a su trabajo, cuando han tenido algún problema en sus viviendas con sus esposos o esposas.