Medio mundo ya pudo observar el eclipse total de Luna
Habitantes de Europa, África, Asia y Oceanía presenciaron este miércoles el eclipse total de Luna.
Este espectáculo, que ocurre cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, pudo verse a simple vista pues, a diferencia de los eclipses de Sol, no representa ningún riesgo para los ojos.
Durante al menos 1 hora y 40 minutos la sombra de la Tierra se interpuso poco a poco al satélite terrestre, hasta taparlo por completo, provocando una noche más oscura de lo habitual (descubra qué tanto influye la Luna en las mujeres).
Los eclipses constan de cinco fases y comienzan cuando la Luna entra en la penumbra de la sombra de la Tierra.
Esta fase es leve y apenas se aprecia. A continuación le sigue el segundo estado, o eclipse parcial, hasta llegar a la fase total, cuando el último pedazo visible se desliza en la sombra.
El único lugar donde no se podrá ver será en el centro y el norte de América. El último eclipse total de esta duración tuvo lugar en el 2000 y el próximo ocurrirá en el 2018.
La NASA aprovechará la ocasión para recoger imágenes del fenómeno y datos con el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) que desde junio de 2009 envía información sobre nuestro satélite a la Tierra.
El Radiómetro Lunar Diviner registrará la velocidad a la que se enfrían diez zonas lunares distintas, con terrenos rocosos o cubiertos de fino polvo, según informó la NASA en una nota.
"Como el atardecer y el amanecer lunares duran mucho tiempo -un ciclo completo tiene más de 29 días-, la superficie lunar se enfría y se calienta despacio, por lo que este eclipse es una oportunidad especial para observar lo que ocurre si se apaga el Sol relativamente rápido", señaló Noah Petro, uno de los científicos del proyecto LRO.
"Es como sacar un pastel del horno y meterlo en el congelador sin dejar que se enfríe antes. Queremos ver cómo responde la superficie de la Luna a este abrupto cambio de temperatura", añadió.
Este espectáculo, que ocurre cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, pudo verse a simple vista pues, a diferencia de los eclipses de Sol, no representa ningún riesgo para los ojos.
Durante al menos 1 hora y 40 minutos la sombra de la Tierra se interpuso poco a poco al satélite terrestre, hasta taparlo por completo, provocando una noche más oscura de lo habitual (descubra qué tanto influye la Luna en las mujeres).
Los eclipses constan de cinco fases y comienzan cuando la Luna entra en la penumbra de la sombra de la Tierra.
Esta fase es leve y apenas se aprecia. A continuación le sigue el segundo estado, o eclipse parcial, hasta llegar a la fase total, cuando el último pedazo visible se desliza en la sombra.
El único lugar donde no se podrá ver será en el centro y el norte de América. El último eclipse total de esta duración tuvo lugar en el 2000 y el próximo ocurrirá en el 2018.
La NASA aprovechará la ocasión para recoger imágenes del fenómeno y datos con el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO) que desde junio de 2009 envía información sobre nuestro satélite a la Tierra.
El Radiómetro Lunar Diviner registrará la velocidad a la que se enfrían diez zonas lunares distintas, con terrenos rocosos o cubiertos de fino polvo, según informó la NASA en una nota.
"Como el atardecer y el amanecer lunares duran mucho tiempo -un ciclo completo tiene más de 29 días-, la superficie lunar se enfría y se calienta despacio, por lo que este eclipse es una oportunidad especial para observar lo que ocurre si se apaga el Sol relativamente rápido", señaló Noah Petro, uno de los científicos del proyecto LRO.
"Es como sacar un pastel del horno y meterlo en el congelador sin dejar que se enfríe antes. Queremos ver cómo responde la superficie de la Luna a este abrupto cambio de temperatura", añadió.