Che Guevara, mito en Yemen

Por: Ramón Lobo
Che

Los mitos se construyen de memorias distorsionadas, olvidadizas; así surgen limpios de defectos, inmaculados. Algunos merecen serlo por la excelencia de su trabajo, de su acierto en momentos en los que todos fallan; otros, lo son por casualidad. A Ernesto Che Guevara lo encumbró una gran foto, la tomada por Alberto Korda el 5 de marzo de 1960.

Enrique Meneses, que vivió con los revolucionarios en Sierra Maestra y es autor de decenas de fotografías históricas de la Revolución, está convencido de ello. "Es un retrato que conecta con una memoria colectiva, la del cristianismo. Es un retrato eterno que vincula al revolucionario con la figura de Jesucristo", afirma en conversación telefónica.

Cubakordach

Cuando el mundo era bipolar: buenos y malos; capitalistas y comunistas; nosotros y ellos, todo parecía sencillo: solo había que elegir trinchera con el menú de pensamiento único cocinado y servido. Cada lado del muro generaba sus mitos mediáticos: Neil Amstrong frente a Yuri Gagarin.

Los mitos heterodoxos, los cruzaban de un lado a otro de la frontera ideológica, eran escasos; la mayoría terminaba por difuminarse, como Patrice Lubumba. El Che es un caso extraordinario: no ha dejado de expandirse. Ha cruzado barreras culturales y religiosas.

La foto que encabeza el post pertenece a larga y sangrienta 'primavera' de Yemen. Muestra un grupo de manifestantes antigubernamentales en la sureña Taiz. El mismo Che, comunista prochino, sirve más de 50 años después de estandarte de revolucionarios árabes que exigen libertad y democracia.

Hasta el régimen de los ayatolás, del presidente Mahmud Ahmadineyad, no ha perdido ocasión de tratar de apropiarse el mito. En este caso, fueron demasiado lejos.
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