Surge otro tranque en el PRD
Contrario a lo que se ha dicho, de que se está en la víspera de un acuerdo en el PRD, la nueva realidad es que de repente ha surgido un escollo, que devuelve la confrontación al origen, y en consecuencia “hay un tranque”.
De acuerdo con fuentes calificadas consultadas por El Caribe, todo iba en coche hasta anoche, cuando las partes negociadoras representantes de Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado intentaron homologar los acuerdos.
Durante las últimas horas fueron confirmados tres acuerdos básicos, pero el cuarto, considerado clave para los seguidores de Vargas, echó a rodar todo, pues los parciales de Mejía, o aparentemente el propio candidato electo, lo rechazó de plano.
Y es que según los informes, el sector de Vargas Maldonado reclama mantener el control del PRD más allá de 2013, cuando termina su período de gestión. Al efecto, reclama que el mandato del ex precandidato se extienda hasta el 2017.
El grupo de Mejía entiende que ese planteamiento es inaceptable, toda vez que implica no sólo la permanencia simple del grupo que hoy controla el PRD, sino que violaría el artículo 197 de los estatutos del PRD, que establecen que los cargos elegidos se ejercen por cuatro años.
La exigencia tiene otra implicación. Si se le concede el control del partido blanco, los hipolitistas temen una repetición de los escenarios actuales, pues quienes controlan el partido estarían en relativa ventaja de influir para la designación de los candidatos a cargos electivos en 2016, pues tendrían el control de las convenciones del año anterior, donde se escogerían los candidatos.
El reclamo, que parece irreductible, ha decretado un estado de disenso, que pone a riesgo lo que se había alcanzado, que son los puntos siguientes:
1) Reconocimiento del principio de la proporcionalidad de las partes en el gobierno, previsto en la firma del Pacto de los candidatos.
2) La selección del candidato vicepresidencial es una potestad indiscutible del candidato electo. Al efecto, la presencia de Luis Abinader se da como un hecho.
3) Las secretarías de Finanzas y los delegados ante la Junta Central Electoral son designados por el candidato electo.
Esos puntos habían sido acogidos por Vargas y como contraparte su sector planteó la extensión de sus poderes en el PRD hasta el 2017. Entienden que los resultados de las primarias le conceden al menos el derecho de dirigir esa agrupación. Sin embargo, Mejía lo rechazó de plano.
De acuerdo con las fuentes calificas, toda esa situación ha sido manejada por las comisiones negociadoras de las partes, pero no habían sido ratificadas por Mejía y Vargas. Todavía Vargas ni Mejía se han comunicado directamente, ni mediante comunicaciones telefónicas o por correo.
Ante esa situación, la crisis en el PRD se mantiene sin solución. Y el tranque sigue…
De acuerdo con fuentes calificadas consultadas por El Caribe, todo iba en coche hasta anoche, cuando las partes negociadoras representantes de Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado intentaron homologar los acuerdos.
Durante las últimas horas fueron confirmados tres acuerdos básicos, pero el cuarto, considerado clave para los seguidores de Vargas, echó a rodar todo, pues los parciales de Mejía, o aparentemente el propio candidato electo, lo rechazó de plano.
Y es que según los informes, el sector de Vargas Maldonado reclama mantener el control del PRD más allá de 2013, cuando termina su período de gestión. Al efecto, reclama que el mandato del ex precandidato se extienda hasta el 2017.
El grupo de Mejía entiende que ese planteamiento es inaceptable, toda vez que implica no sólo la permanencia simple del grupo que hoy controla el PRD, sino que violaría el artículo 197 de los estatutos del PRD, que establecen que los cargos elegidos se ejercen por cuatro años.
La exigencia tiene otra implicación. Si se le concede el control del partido blanco, los hipolitistas temen una repetición de los escenarios actuales, pues quienes controlan el partido estarían en relativa ventaja de influir para la designación de los candidatos a cargos electivos en 2016, pues tendrían el control de las convenciones del año anterior, donde se escogerían los candidatos.
El reclamo, que parece irreductible, ha decretado un estado de disenso, que pone a riesgo lo que se había alcanzado, que son los puntos siguientes:
1) Reconocimiento del principio de la proporcionalidad de las partes en el gobierno, previsto en la firma del Pacto de los candidatos.
2) La selección del candidato vicepresidencial es una potestad indiscutible del candidato electo. Al efecto, la presencia de Luis Abinader se da como un hecho.
3) Las secretarías de Finanzas y los delegados ante la Junta Central Electoral son designados por el candidato electo.
Esos puntos habían sido acogidos por Vargas y como contraparte su sector planteó la extensión de sus poderes en el PRD hasta el 2017. Entienden que los resultados de las primarias le conceden al menos el derecho de dirigir esa agrupación. Sin embargo, Mejía lo rechazó de plano.
De acuerdo con las fuentes calificas, toda esa situación ha sido manejada por las comisiones negociadoras de las partes, pero no habían sido ratificadas por Mejía y Vargas. Todavía Vargas ni Mejía se han comunicado directamente, ni mediante comunicaciones telefónicas o por correo.
Ante esa situación, la crisis en el PRD se mantiene sin solución. Y el tranque sigue…