Por un plan integral administrativo y operativo para el 4% del PIB
Por: Mayobanex De Jesús Laurens
Miles de sombrillas de alto valor se han distribuido. Mayor la cantidad de gorras y franelas. Promoción pagada en decenas de canales de televisión, emisoras de radio, diarios impresos y digitales; toda una estructura de promoción bien organizada y muy costosa.
Pero ¿quiénes están detrás del financiamiento a esos inmensos gastos para que el actual gobierno se aboque junto a los legisladores del Congreso a incluir la partida del 4% del producto Interno Bruto en el nuevo presupuesto que se deberá elaborar en octubre o noviembre del presente año?
Aunque no somos borregos, entendemos que los reclamos se corresponden y que no hay desarrollo en una nación sin una educación de calidad. Según han expresado los expertos, el 4% del PIB representaría más de 85 mil millones de pesos que irían a la cartera de Educación. Pero ¿hay un plan integral para el manejo operativo y administrativo de esos recursos?
El plan deberá incluir la cantidad centros educativos en todo el país, las nuevas estructuras a considerar, el personal docente que los integrará, la capacitación permenente de los mismos, los programas de investigaciónes sociales y científicos, la inversión en los libros y útiles a utilizar, la cuantificaición del desayuno escolar y el nivel salarial de los docentes.
La inversión en tecnologías de punta, la contemplación de todas las áreas virtuales, los softwares que se aplicarán. los programas de capacitación y actuallización estudiantil y profesional, entre otras muchas propuestas que se deben incluir en el plan integral.
Todos se han dejado influir por la magia del bonito reclamo sombrillado y amarillado del 4% a la Educación, esta vez aprovechando el mundo virtual que el Internet nos ha regalado con las redes sociales. Los jóvenes han sido llevados como hipnotizadosa los eventos para que den su apoyo.
Estamos a favor del reclamo, pero que no nos utilicen para propósitos de editoras de libros, de contratistas de ingenierías o de beneficiarios colaterales que están en la sombra esperando que el fruto madure y caiga.
Miles de sombrillas de alto valor se han distribuido. Mayor la cantidad de gorras y franelas. Promoción pagada en decenas de canales de televisión, emisoras de radio, diarios impresos y digitales; toda una estructura de promoción bien organizada y muy costosa.
Pero ¿quiénes están detrás del financiamiento a esos inmensos gastos para que el actual gobierno se aboque junto a los legisladores del Congreso a incluir la partida del 4% del producto Interno Bruto en el nuevo presupuesto que se deberá elaborar en octubre o noviembre del presente año?
Aunque no somos borregos, entendemos que los reclamos se corresponden y que no hay desarrollo en una nación sin una educación de calidad. Según han expresado los expertos, el 4% del PIB representaría más de 85 mil millones de pesos que irían a la cartera de Educación. Pero ¿hay un plan integral para el manejo operativo y administrativo de esos recursos?
El plan deberá incluir la cantidad centros educativos en todo el país, las nuevas estructuras a considerar, el personal docente que los integrará, la capacitación permenente de los mismos, los programas de investigaciónes sociales y científicos, la inversión en los libros y útiles a utilizar, la cuantificaición del desayuno escolar y el nivel salarial de los docentes.
La inversión en tecnologías de punta, la contemplación de todas las áreas virtuales, los softwares que se aplicarán. los programas de capacitación y actuallización estudiantil y profesional, entre otras muchas propuestas que se deben incluir en el plan integral.
Todos se han dejado influir por la magia del bonito reclamo sombrillado y amarillado del 4% a la Educación, esta vez aprovechando el mundo virtual que el Internet nos ha regalado con las redes sociales. Los jóvenes han sido llevados como hipnotizadosa los eventos para que den su apoyo.
Estamos a favor del reclamo, pero que no nos utilicen para propósitos de editoras de libros, de contratistas de ingenierías o de beneficiarios colaterales que están en la sombra esperando que el fruto madure y caiga.