Kevin, con 5 años, un prodigio de la canción‏

Pese a su delgada figura y poca estatura, el niño Kevin Williams tiene una voz potente y dulce que llama la atención de cualquier mortal. Escucharlo hace recordar de inmediato leyendas como el español Joselito o el mexicano Pedrito Fernández.

En sus presentaciones en la apertura de la XXXV versión del “Mes de la Canción Escolar”, organizado por el Ministerio de Educación; en clubes culturales y graduaciones, ha dejado impresionado a quienes lo han escuchado.

En su última participación, la semana pasada en la apertura de la jornada de desparasitación auspiciada por los Ministerios de Salud Pública y de Educación, cautivó a los presentes, que reconocieron con aplausos el talento del pequeño.

Al hablar de sus sueños y deseos despierta ternura, pues a su corta edad tiene coherencia en lo que dice, y sabe bien claro lo que quiere ser: un gran artista, músico y cantautor. Sueña con tener su propio piano, que es su instrumento favorito, y una computadora.

Al citar sus preferencias musicales no tarda en aclarar que le gustan varias canciones, pero la “Niña de la mochila azul”, de Pedrito Fernández, y “Guantanamera”, una canción popular cubana, son sus favoritas.

Entre sus artistas preferidos menciona al desintegrado grupo Sin Bandera, y para bailar le gusta Michael Jackson. Su inspiración por la música y el canto lo hereda de sus padres Daly Mejía, graduada de Educación Musical en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, e Ignacio Williams, quien labora como cantante en hoteles de la región Este.

“Veo en mi hijo mis sueños frustrados de ser artista, pues desde niña me gustaba la música y el canto, pero nunca me dieron la oportunidad para hacerlo, pues llegué a la capital y tuve que dedicarme al trabajo y a los estudios”, dijo la madre.
Música pasión, herencia familiar

Como una forma de sentirse cerca del canto, Darly se desempeña como maestra de música en la Escuela Nuestra Señora del Carmen, donde dirige el coro infantil. En ese centro educativo también estudia su hijo, cursando el grado de pre-primaria.

“Cuando descubrimos la voz de Kevin, hace un año, en un concurso donde participó su hermana mayor, todos nos quedamos maravillados. De ahí comenzamos a enseñarle canciones que se aprendió rapidísimo, además escuchaba el ritmo de los instrumentos”, dice la madre, quien reside junto a sus dos hijos en el sector Villa Liberación, Santo Domingo Este.

Ahora, su sueño es tener la oportunidad de inscribirlo en la Escuela Elemental de Música Elila Mena, ya que intentó hacerlo este año y no había espacio para él. “Kevin está emocionado y quiere ir a la escuela de música, pero ya tenemos que esperar el año que viene”, comenta la progenitora.
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