Despradel dice haitianos frenaron a Mirlande Manigat, quien es anti-dominicana
SANTO DOMINGO.- El ex embajador dominicano en Haití, Alberto Despradel, definió el triunfo de Michel Martely en Haití como la derrota popular de una candidata profundamente anti-dominicana, como a su juicio es Mirlande Manigat.
Despradel afirmó que “Manigat representaba una tendencia profundamente anti-dominicana”, pues sus ideas provienen de su esposo, el historiador Leslie Manigat, “que es profundamente anti-dominicano”. “Lo que pasó hace dos semanas (las elecciones en Haití) fue que a la propuesta de una aristócrata, el pueblo se la llevó de encuentro”, expresó Despradel al ser entrevistado en el matutino “El Bulevar con Pablo McKinney”.
Estimó que la victoria aplastante de Martely fue el resultado de una adaptación del carnaval a la política, tras explicar que el carnaval haitiano es un cuestionamiento popular del poder.
No obstante el triunfo de Martely, Despradel pidió recordar que el Poder Ejecutivo en Haití es presidencial y parlamentario porque “preside el Presidente y gobierna el primer ministro”.
De acuerdo con el resultado electoral, el parlamento estará controlado mayoritariamente por la gente del presidente René Preval, lo que implica que ese sector político se va de la Presidencia pero se queda en el parlamento y escoge al primer ministro.
Cuando se le preguntó cómo influye esta situación en República Dominicana, el ex embajador dijo que lo más importante es definir una política migratoria y que se aplique.
“Lo importante es que nos sentemos a definir una política de Estado liberada de las pequeñeces partidarias. Sobre
Migración y Comercio”, expresó Despradel, quien agregó que luego se puede abordar la reforestación y otros aspectos.
Afirmó que a pesar de que ha estado haciendo ese llamado, desde el poder no se le presta atención, lo que ha derivado en una falta de política para tratar el problema de la migración masiva hacia el país desde Haití.
“Hubo política frente a Haití hasta la muerte de Trujillo. De ahí en adelante no ha habido política coherente”, manifestó el diplomático, quien atribuyó esa situación a que “hay dominicanos que necesitan mano de obra dócil y barata que es casi esclava. Hay una actitud de complacencia con los sectores que promueven esa situación”.
Consideró que en el país hay una élite a la que “le importa muy poco la consolidación de un proyecto nacional”.
Despradel afirmó que “Manigat representaba una tendencia profundamente anti-dominicana”, pues sus ideas provienen de su esposo, el historiador Leslie Manigat, “que es profundamente anti-dominicano”. “Lo que pasó hace dos semanas (las elecciones en Haití) fue que a la propuesta de una aristócrata, el pueblo se la llevó de encuentro”, expresó Despradel al ser entrevistado en el matutino “El Bulevar con Pablo McKinney”.
Estimó que la victoria aplastante de Martely fue el resultado de una adaptación del carnaval a la política, tras explicar que el carnaval haitiano es un cuestionamiento popular del poder.
No obstante el triunfo de Martely, Despradel pidió recordar que el Poder Ejecutivo en Haití es presidencial y parlamentario porque “preside el Presidente y gobierna el primer ministro”.
De acuerdo con el resultado electoral, el parlamento estará controlado mayoritariamente por la gente del presidente René Preval, lo que implica que ese sector político se va de la Presidencia pero se queda en el parlamento y escoge al primer ministro.
Cuando se le preguntó cómo influye esta situación en República Dominicana, el ex embajador dijo que lo más importante es definir una política migratoria y que se aplique.
“Lo importante es que nos sentemos a definir una política de Estado liberada de las pequeñeces partidarias. Sobre
Migración y Comercio”, expresó Despradel, quien agregó que luego se puede abordar la reforestación y otros aspectos.
Afirmó que a pesar de que ha estado haciendo ese llamado, desde el poder no se le presta atención, lo que ha derivado en una falta de política para tratar el problema de la migración masiva hacia el país desde Haití.
“Hubo política frente a Haití hasta la muerte de Trujillo. De ahí en adelante no ha habido política coherente”, manifestó el diplomático, quien atribuyó esa situación a que “hay dominicanos que necesitan mano de obra dócil y barata que es casi esclava. Hay una actitud de complacencia con los sectores que promueven esa situación”.
Consideró que en el país hay una élite a la que “le importa muy poco la consolidación de un proyecto nacional”.