Alumnos se pelean por butacas
Las deficiencias en las escuelas son un detonante de violencia entre los estudiantes. En el liceo José Francisco Peña Gómez, del sector Los Girasoles, Santo Domingo Oeste, los alumnos se pelean a puñetazos por una butaca. El centro necesita 200 nuevos pupitres.
“Un estudiante de cuarto de bachillerato llegó temprano y le guardó una butaca a su novia. Una muchacha se la quitó, por lo que discutieron. La muchacha buscó a su hermano, que fue al aula con un grupo de compañeros que le cayó a golpes al estudiante que había guardado la silla”, narra Lily Mateo, psicóloga del liceo.
Autoridades del centro se han incautado de armas blancas en el plantel. Dionisio Díaz, presidente de la Sociedad de Padres y Amigos, asegura que ese tipo de rencillas es frecuente y que en ocasiones la Policía ha debido intervenir para controlar otros pleitos mayores. “Libramos una batalla campante con los llamados cascos calientes que visitan el liceo.
Tememos por nuestra vida y la de nuestros hijos”, opinó. Con un portero que no tiene el respeto de los alumnos y unas barreras rotas en la parte trasera, resulta fácil para los pandilleros entrar a la escuela, hasta con drogas, aseguró Marcial Montilla, secretario general de la Asociación.
Montilla expuso que presentaron la denuncia ante el distrito escolar 15-04, pero todavía esperan la respuesta de las autoridades.
La Sociedad Nacional de Padres y Amigos de la Escuela calificó como “muy alarmante la situación de violencia que se vive en algunos centros educativos”. Alejandro Cáceres, presidente de ese organismo, adscrito al Ministerio de Educación, expuso que el caso de Los Girasoles se repite en varios centros.
Entre esos citó el liceo Manresa, en Santo Domingo Oeste, donde pandilleros armados provocan desórdenes. También al liceo Víctor Garrido, en el sector Invi.
Orientación a los padres y tutores
Alejandro Cáceres dice que están coordinando un programa de concienciación a los padres para que asuman su rol de educar en formación humana a sus hijos. “Los muchachos están haciendo todo lo que quieren: drogadicción, sexo prematuro… y no quieren que nadie se les imponga. En ese sentido, han proliferado las pandillas dentro y fuera de los centros educativos”, afirmó.
La psicóloga Lily Mateo asegura, de su lado, que el ambiente en que se desarrolla el alumno fuera de la escuela influye en el comportamiento que exhibe dentro de las aulas.
“Un estudiante de cuarto de bachillerato llegó temprano y le guardó una butaca a su novia. Una muchacha se la quitó, por lo que discutieron. La muchacha buscó a su hermano, que fue al aula con un grupo de compañeros que le cayó a golpes al estudiante que había guardado la silla”, narra Lily Mateo, psicóloga del liceo.
Autoridades del centro se han incautado de armas blancas en el plantel. Dionisio Díaz, presidente de la Sociedad de Padres y Amigos, asegura que ese tipo de rencillas es frecuente y que en ocasiones la Policía ha debido intervenir para controlar otros pleitos mayores. “Libramos una batalla campante con los llamados cascos calientes que visitan el liceo.
Tememos por nuestra vida y la de nuestros hijos”, opinó. Con un portero que no tiene el respeto de los alumnos y unas barreras rotas en la parte trasera, resulta fácil para los pandilleros entrar a la escuela, hasta con drogas, aseguró Marcial Montilla, secretario general de la Asociación.
Montilla expuso que presentaron la denuncia ante el distrito escolar 15-04, pero todavía esperan la respuesta de las autoridades.
La Sociedad Nacional de Padres y Amigos de la Escuela calificó como “muy alarmante la situación de violencia que se vive en algunos centros educativos”. Alejandro Cáceres, presidente de ese organismo, adscrito al Ministerio de Educación, expuso que el caso de Los Girasoles se repite en varios centros.
Entre esos citó el liceo Manresa, en Santo Domingo Oeste, donde pandilleros armados provocan desórdenes. También al liceo Víctor Garrido, en el sector Invi.
Orientación a los padres y tutores
Alejandro Cáceres dice que están coordinando un programa de concienciación a los padres para que asuman su rol de educar en formación humana a sus hijos. “Los muchachos están haciendo todo lo que quieren: drogadicción, sexo prematuro… y no quieren que nadie se les imponga. En ese sentido, han proliferado las pandillas dentro y fuera de los centros educativos”, afirmó.
La psicóloga Lily Mateo asegura, de su lado, que el ambiente en que se desarrolla el alumno fuera de la escuela influye en el comportamiento que exhibe dentro de las aulas.