Mayor general Joaquín Virgilio Pérez Féliz nació para servir a su pueblo; rechazó firma por 20 mil dólares que le ofreció escucha
/Tomado de Ecos del Sur/
BARAHONA.-En el momento en que el joven, de alta estatura y de unos 19 años, dijo: “No señor, yo amo mi guardia”, en ese mismo momento estaba rechazando un bono de 20 mil dólares.
Nos ubicamos en los primeros años de la década de los 70, cuando hablar de esa cantidad era como resolver toda su vida, pero el nativo de Barahona tenía otros planes para su vida y no era jugar béisbol.
Joaquín Virgilio Pérez Féliz, hoy ministro de las Fuerzas Armadas, no recordaba ese episodio de su vida, pero en un discurso de agradecimiento por la dedicatoria de los 42 Juegos Deportivos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, el maestro Osvaldo Cepeda y Cepeda, co-protagonista de esta historia, hizo la revelación.
Cuenta el profesor de la locución dominicana que una tarde de un mes -ya él no recuerda- se efectuaba un intercambio de softbol entre Japón y el Ejército Nacional, en el estadio número 2 del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte y como habían pocos jugadores se escogieron entre los cadetes del primero y segundo año los que más talento tenían para jugar y, entre ellos, estaba la figura de Pérez Féliz.
“Es algo que no lo olvido”, dijo Cepeda y Cepeda, quien hoy ostenta el rango de coronel de la Fuerza Aérea.
Dijo que un amigo escucha norteamericano estaba en otro estadio de la instalación observando unos prospectos que el hoy general retirado de la Policía Nacional, Rafael Luis López, tenía practicando, ente ellos Franklin Taveras, Víctor Cruz y uno que no fue firmado de nombre Manuel Padilla, considerado como uno de los mejores jugadores de la pelota aficionada de todos los tiempos.
Según Cepeda y Cepeda cuando el escucha norteamericano se retiraba le llamó la atención aquel espigado joven que, sin hacer mucho alarde de sus condiciones, sobresalía entre todos los componentes del equipo que jugaría contra Japón.
Comentó que al ver tanto talento en aquel joven le pidió que aparara y que hiciera algunos lances desde los jardines y posteriormente bateara.
Así lo hizo y, sin darle mucha vuelta al asunto, el busca-talento le pidió a Cepeda que lo convenciera para firmarlo por 20 mil dólares.
No hubo palabras sobre la tierra para el maestro Cepeda y Cepeda, quien con vocablo firme, elegante y hasta cautivador, no encontró las adecuadas para cambiar la idea de Pérez Féliz.
“La palabra que me desarmó y por casi 40 años ha estado en mi cerebro es comandante con todo el respeto, yo no puedo; yo vine a ser guardia, yo amo la guardia y no puedo aceptar”, relató Cepeda y Cepeda.
“Los batazos que disparó Pérez Féliz eran enormes y llamaron la atención de todos, menos del propio productor, quien veía el béisbol en ese momento como una diversión”, precisó.
Cepeda dijo, en un tono humorado: “Bueno, gracias a Dios que Pérez Féliz no aceptó esa oferta, si así hubiese sido hoy no me estuvieran dedicando los Jugos Militares y él no sería ministro de las Fuerzas Armadas”.
Mientras Cepeda y Cepeda hacía el relato la mirada del Ministro clavó como daga su mirada en el horizonte, como recreando aquel momento que muchos desconocían hasta ese momento.
No dijo una palabra y sus manos aplaudieron cuando el maestro Cepeda y Cepeda concluyó sus palabras agradeciendo el gesto del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas por la dedicatoria de los mencionados Juegos.
Deportista y militar
El teniente general Joaquín Virgilio Pérez Féliz, ingresó al Ejército Nacional como aspirante a cadete el 5 de marzo de 1971 y se graduó como segundo teniente de Infantería del Ejercito Nacional el 15 de abril de 1975.
BARAHONA.-En el momento en que el joven, de alta estatura y de unos 19 años, dijo: “No señor, yo amo mi guardia”, en ese mismo momento estaba rechazando un bono de 20 mil dólares.
Nos ubicamos en los primeros años de la década de los 70, cuando hablar de esa cantidad era como resolver toda su vida, pero el nativo de Barahona tenía otros planes para su vida y no era jugar béisbol.
Joaquín Virgilio Pérez Féliz, hoy ministro de las Fuerzas Armadas, no recordaba ese episodio de su vida, pero en un discurso de agradecimiento por la dedicatoria de los 42 Juegos Deportivos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, el maestro Osvaldo Cepeda y Cepeda, co-protagonista de esta historia, hizo la revelación.
Cuenta el profesor de la locución dominicana que una tarde de un mes -ya él no recuerda- se efectuaba un intercambio de softbol entre Japón y el Ejército Nacional, en el estadio número 2 del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte y como habían pocos jugadores se escogieron entre los cadetes del primero y segundo año los que más talento tenían para jugar y, entre ellos, estaba la figura de Pérez Féliz.
“Es algo que no lo olvido”, dijo Cepeda y Cepeda, quien hoy ostenta el rango de coronel de la Fuerza Aérea.
Dijo que un amigo escucha norteamericano estaba en otro estadio de la instalación observando unos prospectos que el hoy general retirado de la Policía Nacional, Rafael Luis López, tenía practicando, ente ellos Franklin Taveras, Víctor Cruz y uno que no fue firmado de nombre Manuel Padilla, considerado como uno de los mejores jugadores de la pelota aficionada de todos los tiempos.
Según Cepeda y Cepeda cuando el escucha norteamericano se retiraba le llamó la atención aquel espigado joven que, sin hacer mucho alarde de sus condiciones, sobresalía entre todos los componentes del equipo que jugaría contra Japón.
Comentó que al ver tanto talento en aquel joven le pidió que aparara y que hiciera algunos lances desde los jardines y posteriormente bateara.
Así lo hizo y, sin darle mucha vuelta al asunto, el busca-talento le pidió a Cepeda que lo convenciera para firmarlo por 20 mil dólares.
No hubo palabras sobre la tierra para el maestro Cepeda y Cepeda, quien con vocablo firme, elegante y hasta cautivador, no encontró las adecuadas para cambiar la idea de Pérez Féliz.
“La palabra que me desarmó y por casi 40 años ha estado en mi cerebro es comandante con todo el respeto, yo no puedo; yo vine a ser guardia, yo amo la guardia y no puedo aceptar”, relató Cepeda y Cepeda.
“Los batazos que disparó Pérez Féliz eran enormes y llamaron la atención de todos, menos del propio productor, quien veía el béisbol en ese momento como una diversión”, precisó.
Cepeda dijo, en un tono humorado: “Bueno, gracias a Dios que Pérez Féliz no aceptó esa oferta, si así hubiese sido hoy no me estuvieran dedicando los Jugos Militares y él no sería ministro de las Fuerzas Armadas”.
Mientras Cepeda y Cepeda hacía el relato la mirada del Ministro clavó como daga su mirada en el horizonte, como recreando aquel momento que muchos desconocían hasta ese momento.
No dijo una palabra y sus manos aplaudieron cuando el maestro Cepeda y Cepeda concluyó sus palabras agradeciendo el gesto del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas por la dedicatoria de los mencionados Juegos.
Deportista y militar
El teniente general Joaquín Virgilio Pérez Féliz, ingresó al Ejército Nacional como aspirante a cadete el 5 de marzo de 1971 y se graduó como segundo teniente de Infantería del Ejercito Nacional el 15 de abril de 1975.