El presidente yemení se queda solo
(Foto: El general de brigada Ali Mohsen, «número dos» de las fuerzas armadas, muestra su apoyo público a los manifestantes)
El presidente yemení sufrió este lunes un nuevo revés en su cruzada de sangre, al mostrar el “número dos” de las fuerzas armadas -el general de brigada Ali Mohsen- su apoyo público a los manifestantes que desde finales de enero exigen un cambio de Gobierno.
“Anunciamos nuestro apoyo de la revolución pacífica y nos dedicaremos a realizar nuestro deber para garantizar la seguridad y la estabilidad en el país”, aseguró el militar, hermanastro del presidente, y a quien se acusa de sembrar, con este comunicado, un futuro ascenso a la Presidencia.
Sin embargo, la declaración de intenciones de Mohsen -a la que se sumaron otros dos militares de alta graduación- se produce tan solo dos días después de la dimisión de los ministros de Turismo, Asuntos Religiosos y Derechos Humanos, así como de 17 diputados. Pero sobre todo, tras el incremento cualitativo de las protestas que exigen la salida del Gobierno del presidente Saleh.
El pasado viernes, francotiradores progubernamentales abrieron fuego contra centenares de manifestantes en la capital del país, Saná, provocando la muerte de al menos 52 personas.
Los disturbios comenzaron cuando los opositores -en su mayoría bajo la bandera del partido Al Islah (La Reforma)- intentaron demoler un muro que impedía el acceso a la plaza del Cambio, icono de las protestas yemeníes y que se encuentra en los alrededores de la Universidad de Saná.
A raíz de estas muertes, el clérigo Sadiq al Ahmar -líder de la tribu Hashed, en la que se enmarca el clan del propio presidente yemení- exigió el pasado domingo al mandatario que responda a las demandas del pueblo y deje el poder de forma pacífica.
El presidente yemení sufrió este lunes un nuevo revés en su cruzada de sangre, al mostrar el “número dos” de las fuerzas armadas -el general de brigada Ali Mohsen- su apoyo público a los manifestantes que desde finales de enero exigen un cambio de Gobierno.
“Anunciamos nuestro apoyo de la revolución pacífica y nos dedicaremos a realizar nuestro deber para garantizar la seguridad y la estabilidad en el país”, aseguró el militar, hermanastro del presidente, y a quien se acusa de sembrar, con este comunicado, un futuro ascenso a la Presidencia.
Sin embargo, la declaración de intenciones de Mohsen -a la que se sumaron otros dos militares de alta graduación- se produce tan solo dos días después de la dimisión de los ministros de Turismo, Asuntos Religiosos y Derechos Humanos, así como de 17 diputados. Pero sobre todo, tras el incremento cualitativo de las protestas que exigen la salida del Gobierno del presidente Saleh.
El pasado viernes, francotiradores progubernamentales abrieron fuego contra centenares de manifestantes en la capital del país, Saná, provocando la muerte de al menos 52 personas.
Los disturbios comenzaron cuando los opositores -en su mayoría bajo la bandera del partido Al Islah (La Reforma)- intentaron demoler un muro que impedía el acceso a la plaza del Cambio, icono de las protestas yemeníes y que se encuentra en los alrededores de la Universidad de Saná.
A raíz de estas muertes, el clérigo Sadiq al Ahmar -líder de la tribu Hashed, en la que se enmarca el clan del propio presidente yemení- exigió el pasado domingo al mandatario que responda a las demandas del pueblo y deje el poder de forma pacífica.