Un brasileño recluyó a su mujer en un sótano durante 16 años
/elmundo.es/
RÍO DE JANEIRO. (AP).- Sebastiana Aparecida Groppo ha pasado una cuarta parte de su vida, y ya tiene 64 años, recluida en un sótano húmedo, sucio y oscuro. El rincón de apenas 12 metros cuadrados, plagado de moho, heces y cucharachas, en el que su marido, João Batista Groppo, la mantuvo atrapada mientras vivía al otro lado de la casa junto a su amante. La policía desmanteló esta semana la "cárcel privada", detuvo a la pareja y trasladó a la víctima a un hospital de Sorocaba, unos 100 kilómetros al oeste de São Paulo.
João Batista y Sebastiana, ambos de la misma edad, llevaban casados cuatro décadas. Sin embargo, hacía tiempo que su matrimonio se había convertido en otra clase de relación. Alegando que su esposa sufría problemas mentales y era agresiva, el hombre la recluyó al fondo de la vivienda a lo largo de dos periodos. El último, desde 2003, cuando uno de sus hijos murió en un accidente.
La 'cárcel' de Sebastiana no tenía casi higiene ni ventilación. Tampoco luz, para recortar gastos. "Si la dejaba con luz, se quedaba encendida todo el tiempo. Y no tengo condiciones de mantener eso", se justificó João Batista ante los agentes que lo arrestaron este miércoles tras recibir una denuncia anónima.
Los policías encontraron a la mujer casi desnuda, tendida sobre una cama de cemento y cubierta con una manta. Como las puertas estaban cerradas con cadenas,
el único contacto de Sebastiana con el exterior durante esos años fueron los platos de comida que João Batista le pasaba entre las rejas.
'Ni siquiera un animal'
"Es la primera situación de 'cárcel privada' tan humillante que veo en 21 años", reconoció ante la prensa local la delegada de la Mujer de Sorocaba, Jaqueline Coutinho. "Todos los derechos humanos fueron violados. Ni siquiera un animal pasaría por una situación tan degradante como la de esta víctima".
Según la policía, Sebastiana no mostró agresividad ni parecía tener problemas graves de salud -a la espera de un examen médico más exhaustivo-, aunque sí presentó señales de trastornos mentales que podrían ser consecuencia de su reclusión durante años en el sótano. Una situación que sus hermanos e hijos conocían y para la que nunca ofrecieron soluciones.
Tanto el marido-'carcelero' como su amante, Maria Aparecida Furquim, se encuentran bajo arresto y podrían enfrentarse a una pena de cárcel de dos a ocho años. Es decir, como máximo, la mitad del tiempo que Sebastiana pasó a oscuras en medio del moho.
RÍO DE JANEIRO. (AP).- Sebastiana Aparecida Groppo ha pasado una cuarta parte de su vida, y ya tiene 64 años, recluida en un sótano húmedo, sucio y oscuro. El rincón de apenas 12 metros cuadrados, plagado de moho, heces y cucharachas, en el que su marido, João Batista Groppo, la mantuvo atrapada mientras vivía al otro lado de la casa junto a su amante. La policía desmanteló esta semana la "cárcel privada", detuvo a la pareja y trasladó a la víctima a un hospital de Sorocaba, unos 100 kilómetros al oeste de São Paulo.
João Batista y Sebastiana, ambos de la misma edad, llevaban casados cuatro décadas. Sin embargo, hacía tiempo que su matrimonio se había convertido en otra clase de relación. Alegando que su esposa sufría problemas mentales y era agresiva, el hombre la recluyó al fondo de la vivienda a lo largo de dos periodos. El último, desde 2003, cuando uno de sus hijos murió en un accidente.
La 'cárcel' de Sebastiana no tenía casi higiene ni ventilación. Tampoco luz, para recortar gastos. "Si la dejaba con luz, se quedaba encendida todo el tiempo. Y no tengo condiciones de mantener eso", se justificó João Batista ante los agentes que lo arrestaron este miércoles tras recibir una denuncia anónima.
Los policías encontraron a la mujer casi desnuda, tendida sobre una cama de cemento y cubierta con una manta. Como las puertas estaban cerradas con cadenas,
el único contacto de Sebastiana con el exterior durante esos años fueron los platos de comida que João Batista le pasaba entre las rejas.
'Ni siquiera un animal'
"Es la primera situación de 'cárcel privada' tan humillante que veo en 21 años", reconoció ante la prensa local la delegada de la Mujer de Sorocaba, Jaqueline Coutinho. "Todos los derechos humanos fueron violados. Ni siquiera un animal pasaría por una situación tan degradante como la de esta víctima".
Según la policía, Sebastiana no mostró agresividad ni parecía tener problemas graves de salud -a la espera de un examen médico más exhaustivo-, aunque sí presentó señales de trastornos mentales que podrían ser consecuencia de su reclusión durante años en el sótano. Una situación que sus hermanos e hijos conocían y para la que nunca ofrecieron soluciones.
Tanto el marido-'carcelero' como su amante, Maria Aparecida Furquim, se encuentran bajo arresto y podrían enfrentarse a una pena de cárcel de dos a ocho años. Es decir, como máximo, la mitad del tiempo que Sebastiana pasó a oscuras en medio del moho.