Una nueva frustracion.
POR: JOSE CORNIELL.
Tras haberse aprobado en el día de ayer el presupuesto de la nación por un monto de 390 mil millones de pesos, y no haberse incluido el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), estatuido por Ley para la educación dominicana, el pueblo ve una nueva aspiración frustrada.
Marchas, piquetes, paralización de docencia, vigilias y día amarillo, entre otras actividades realizadas a nivel nacional, no valieron para sensibilizar a un senado compuesto por legisladores peledeístas en torno a la necesidad imperiosa de que el sistema educativo dominicana cuente con un presupuesto digno que se corresponda con una educación de calidad para todos y todas.
Para la aprobación de la pieza presupuestaria sin incluir el 4% por ciento para la educación, votaron 24 de los 27 senadores presentes en la sección. Solo los senadores José Rafael Vargas, de Espaillat; Wilton Guerrero, de Peravia, y Charlie Mariotti, de Monte Plata, no votaron por la aprobación del presupuesto tal como fue presentado.
Esta decisión casi unánime del Senado, deja bien claro establecido que la prioridad del gobierno, y por consecuencia de sus legisladores, a los cuales maneja a su antojo, no es la educación. Puede ser cualquier otra cosa: un metro, una isla artificial, un corredor, un elevado, pero no la educación.
Al parecer el señor presidente y sus legisladores no creen en una educación de calidad que pueda sacar a los dominicanos y dominicanas del subdesarrollo en que nos encontramos, y que con decisiones como la tomada ayer en el senado de la república, nos adentramos más y más.
Este nuevo golpe al principal interés que tienen los dominicanos y dominicanas, una educación de calidad, y que constituye además una violación a la Ley, se asesta justamente el Día Internacional de los Derechos Humanos, como si la educación no fuese parte primordial de ese conjunto de derechos que ha conquistado el ser humano.
Pese a esta nueva decisión que el gobierno toma de espalda a los intereses de las grandes mayorías y violentando la disposición legal que establece el 4% del PIB para la educación dominicana, las organizaciones sociales y el pueblo en sentido general, deben seguir exigiendo esta reivindicación tan sentida y tan anhelada por hombres y mujeres que piensan en el desarrollo de la nación dominicana y que saben que sólo con una educación de calidad se puede lograr.
Ante la indiferencia de nuestros senadores por la educación, quienes hicieron caso omiso a los reclamos del pueblo que lamentablemente los eligió, a las organizaciones de la sociedad civil y todos los ciudadanos y ciudadanas preocupados y preocupadas por el país, no nos queda mas que seguir atentos y bien de cerca el curso que ha de tomar el recurso de amparo que se ha interpuesto para obligar al Gobierno a asignar a la educación un 4% del Producto Interno Bruto. Este proceso se conocerá el próximo lunes.
Con la descabellada decisión del Senado de no incluir en el presupuesto del año 2011 el 4% del PIB para la educación, se ha perdido una batalla, pero no la guerra. La guerra debe continuar a todos los niveles para lograr que quienes tienen la sartén por el mango escuchen el reclamo del pueblo. Usted, él, yo y todos estamos llamados a seguir exigiendo una educación de mayor calidad.
Tras haberse aprobado en el día de ayer el presupuesto de la nación por un monto de 390 mil millones de pesos, y no haberse incluido el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), estatuido por Ley para la educación dominicana, el pueblo ve una nueva aspiración frustrada.
Marchas, piquetes, paralización de docencia, vigilias y día amarillo, entre otras actividades realizadas a nivel nacional, no valieron para sensibilizar a un senado compuesto por legisladores peledeístas en torno a la necesidad imperiosa de que el sistema educativo dominicana cuente con un presupuesto digno que se corresponda con una educación de calidad para todos y todas.
Para la aprobación de la pieza presupuestaria sin incluir el 4% por ciento para la educación, votaron 24 de los 27 senadores presentes en la sección. Solo los senadores José Rafael Vargas, de Espaillat; Wilton Guerrero, de Peravia, y Charlie Mariotti, de Monte Plata, no votaron por la aprobación del presupuesto tal como fue presentado.
Esta decisión casi unánime del Senado, deja bien claro establecido que la prioridad del gobierno, y por consecuencia de sus legisladores, a los cuales maneja a su antojo, no es la educación. Puede ser cualquier otra cosa: un metro, una isla artificial, un corredor, un elevado, pero no la educación.
Al parecer el señor presidente y sus legisladores no creen en una educación de calidad que pueda sacar a los dominicanos y dominicanas del subdesarrollo en que nos encontramos, y que con decisiones como la tomada ayer en el senado de la república, nos adentramos más y más.
Este nuevo golpe al principal interés que tienen los dominicanos y dominicanas, una educación de calidad, y que constituye además una violación a la Ley, se asesta justamente el Día Internacional de los Derechos Humanos, como si la educación no fuese parte primordial de ese conjunto de derechos que ha conquistado el ser humano.
Pese a esta nueva decisión que el gobierno toma de espalda a los intereses de las grandes mayorías y violentando la disposición legal que establece el 4% del PIB para la educación dominicana, las organizaciones sociales y el pueblo en sentido general, deben seguir exigiendo esta reivindicación tan sentida y tan anhelada por hombres y mujeres que piensan en el desarrollo de la nación dominicana y que saben que sólo con una educación de calidad se puede lograr.
Ante la indiferencia de nuestros senadores por la educación, quienes hicieron caso omiso a los reclamos del pueblo que lamentablemente los eligió, a las organizaciones de la sociedad civil y todos los ciudadanos y ciudadanas preocupados y preocupadas por el país, no nos queda mas que seguir atentos y bien de cerca el curso que ha de tomar el recurso de amparo que se ha interpuesto para obligar al Gobierno a asignar a la educación un 4% del Producto Interno Bruto. Este proceso se conocerá el próximo lunes.
Con la descabellada decisión del Senado de no incluir en el presupuesto del año 2011 el 4% del PIB para la educación, se ha perdido una batalla, pero no la guerra. La guerra debe continuar a todos los niveles para lograr que quienes tienen la sartén por el mango escuchen el reclamo del pueblo. Usted, él, yo y todos estamos llamados a seguir exigiendo una educación de mayor calidad.