Frustración con manto de esperanza; promesas y demagogia que extrapolarán al 2011
(Fuente: DDB)
Viejo año que yace enfermo, sentenciado al 31, para acudir a su morada final, dejando atrás larga estela de promesas lanzadas al aire que la brisa del mar llevó hacia los árboles.
2010 que vio caminar en el desfiladero las incontables expresiones de impulso de proyectos y las ambiciones que inspiraron la quimera de la falacia encubierta, que aún a sabiendas del engaño, nos animábamos a creer esperanzados en un mejor devenir para nuestra querida "Perla del Sur".
Playa Saladilla que nunca llegó, a pesar de las promesas de Turismo, de la alcaldía de Barahona y de las decenas de personalidades e instituciones que se manifestaron por su rehabilitación.
El turismo de las Salamandras de Canoa, vociferada a los cuatro vientos, pero que del primer picazo estamos como el nonato, dentro del vientre.
Boulevar del malecón y el teleférico montañez, plasmados en bellas maquetas y proyectos provocadores de fuertes aplausos, vestidos de demagogia para alucinar a los ilustres profanos pueblerinos de Barahona.
Los cientos de anuncios de concluir los trabajos de un centro universitario, de cuya "ciudad" ha sido mutilada a una parte de ella, a pesar de la lucidez y el empuje en la terminación de último momento.
Las promesas de modernización urbanística de un cabildo que destaca bacheos, badenes y colocación de bombillas, pero de contenedores, mercado, matadero, tursa y desarrabalización permanece inerte.
Los cambios y cambios en la Quinta Brigada y la jefatura de la Policía en Barahona, mientras la delincuencia, las drogas, robos, atracos y muertes violentas crecen como hierba después de la lluvia.
La impotencia de Monte Grande y la osadía de poner a un mandatario a dar un primer picazo sin decirle la verdad sobre el proyecto, tomándonos por idiotas.
2011 que abre paso a nueva década, llevando de nuevo a la "Novia del Caribe" el anhelo de cristalizar los sueños de un Barahona con mejor suerte.
Viejo año que yace enfermo, sentenciado al 31, para acudir a su morada final, dejando atrás larga estela de promesas lanzadas al aire que la brisa del mar llevó hacia los árboles.
2010 que vio caminar en el desfiladero las incontables expresiones de impulso de proyectos y las ambiciones que inspiraron la quimera de la falacia encubierta, que aún a sabiendas del engaño, nos animábamos a creer esperanzados en un mejor devenir para nuestra querida "Perla del Sur".
Playa Saladilla que nunca llegó, a pesar de las promesas de Turismo, de la alcaldía de Barahona y de las decenas de personalidades e instituciones que se manifestaron por su rehabilitación.
El turismo de las Salamandras de Canoa, vociferada a los cuatro vientos, pero que del primer picazo estamos como el nonato, dentro del vientre.
Boulevar del malecón y el teleférico montañez, plasmados en bellas maquetas y proyectos provocadores de fuertes aplausos, vestidos de demagogia para alucinar a los ilustres profanos pueblerinos de Barahona.
Los cientos de anuncios de concluir los trabajos de un centro universitario, de cuya "ciudad" ha sido mutilada a una parte de ella, a pesar de la lucidez y el empuje en la terminación de último momento.
Las promesas de modernización urbanística de un cabildo que destaca bacheos, badenes y colocación de bombillas, pero de contenedores, mercado, matadero, tursa y desarrabalización permanece inerte.
Los cambios y cambios en la Quinta Brigada y la jefatura de la Policía en Barahona, mientras la delincuencia, las drogas, robos, atracos y muertes violentas crecen como hierba después de la lluvia.
La impotencia de Monte Grande y la osadía de poner a un mandatario a dar un primer picazo sin decirle la verdad sobre el proyecto, tomándonos por idiotas.
2011 que abre paso a nueva década, llevando de nuevo a la "Novia del Caribe" el anhelo de cristalizar los sueños de un Barahona con mejor suerte.