Río de Janeiro: las tres armas y la policía rodean las favelas

RÍO DE JANEIRO.- El Ejército y la Fuerza Aérea brasileña se sumaron hoy a la Marina y la Policía Militar en el megaoperativo en favelas de esta capotal, a las que tiene rodeadas y a la espera de la orden para lanzar un ataque coordinado con el fin de capturar a cientos de narcotraficantes que desataron una ola de violencia desde el domingo.
Unos 800 soldados del Ejército, 300 agentes de la Policía Federal, 2 helicópteros de la Aeronáutica, 10 carros blindados, se sumaron hoy al operativo que desde ayer se realizan en las favelas Vila Cruzeiro y Alemao, al norte de la capital carioca.

Se suman a fuerzas especiales de la Policía Militar y tanques de la Marina para terminar con la ola de violencia que ya generó 35 muertos, informaron las agencias de noticias ANSA, DPA, Prensa Latina y Brasil.

Según un balance de la policía militarizada divulgado hoy, desde el domingo fueron incendiados 96 vehículos en el marco de los ataques, mientras que los enfrentamientos entre agentes y delincuentes causaron la muerte a 35 personas y 192 fueron arrestadas.

La participación del Ejército, de la Policía Federal y de la Fuerza Aérea, que se sumaron hoy a la Marina, fue autorizada anoche por el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien, desde Guyana, donde interviene hoy en la IV Cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), prometió "total apoyo" a las autoridades de Río en su lucha contra el delincuencia.

"Todo lo que esté dentro de la ley y que el Gobierno federal pueda hacer para ayudar a Río de Janeiro, lo haremos, porque no es humanamente explicable que 99 por ciento de las personas de bien, trabajadoras, que quieren vivir en paz sean molestadas por gente que está en la marginalidad", aseguró Lula.

En tanto, la ciudad que será la sede de la final del Mundial de fútbol de 2014 y acogerá los Juegos Olímpicos de 2016, tiene hoy sus calles patrulladas por unos 21 mil policías, aunque gran parte de ellos están destinados al operativo conjunto.

Sin embargo, el epicentro de la acción se encuentra desde esta mañana en la favela Alemao, que será el escenario de la gran batalla directa entre las fuerzas de seguridad y unos 500 narcotraficantes fuertemente armados que se fugaron ayer hasta allí desde Vila Cruzeiro, luego de que la Armada y la policía militarizada irrumpiera con tanques y ocupara ese barriada.

Las fuerzas iniciaron un cerco a las principales salidas del complejo de Alemao, en un intento de acorralar a los delincuentes, aunque el vocero de la Policía Militar, Henrique Lima Castro, aseguró que no se definió todavía el momento del ataque, cuyos detalles fueron analizados hoy por el ministro de Defensa, Nelson Jobim, y el gobernador de Rio de Janeiro, Sergio Cabral.
"No tenemos prisa. La tropa está motivada. Hemos convocado a los que estaban de vacaciones y ahora somos 21.000. Hasta algunos que estaban en retiro nos pidieron regresar porque quieren participar en este momento histórico. En base a mi experiencia, lo mejor que pueden hacer estos delincuentes es entregarse", advirtió.

Fuentes oficiales aseguran que se requieren al menos seis mil efectivos para realizar una incursión en el complejo, integrado por unas 16 favelas interconectadas entre sí y dominadas por los narcotraficantes, con barreras para impedir el ingreso.

El cerco a las favelas representa el primer paso hacia una posible invasión del complejo, donde viven alrededor de 65.000 personas.
El secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, se negó hoy a revelar los planes de ataque a los delincuentes, y buscó alejar los temores a una masacre, expresados por organizaciones de derechos humanos.

Sin embargo, decenas de vecinos de esa barriada comenzaron a abandonarla ante el temor del inminente ataque policial, la misma sensación que desde ayer tienen los cariocas, pese al llamado de Cabral de que en el resto de Rio los ciudadanos hagan vida normal.

Los shoppings, la mayoría de comercios, varios bares y locales bailables cerraron sus puertas y unas 150 escuelas suspendieron las clases, en tanto que las cámaras empresariales de autobuses se comprometieron con el gobierno a mantener el 80 por ciento de los vehículos en circulación.

Los ataques de los criminales, que comenzaron el domingo, fueron interpretados por las autoridades locales como una represalia a la nueva política de seguridad pública, basada en la expulsión de delincuentes de favelas ocupadas en el marco de las Unidades de Policía Pacificadora (UPPs), que combinan presencia policial con programas socioculturales.

Además, la gobernación y el secretario de Seguridad Pública, José Mariano Beltrame, iniciaron un combate frontal a los líderes del narcotráfico presos, con su traslado de penales en la ciudad a instituciones de máxima seguridad ubicadas en el sureño estado de Paraná o en el amazónico estado de Rondonia.

La intervención militar por la violencia en Río de Janeiro ya había ocurrido con anterioridad hasta que el Ministerio de Defensa ordenara el repliegue del Ejército de las favelas en 2008 luego de que miembros de esa fuerza fueron acusados de complicidad en el asesinato de un grupo de jóvenes que, supuestamente, pertenecían a un grupo de narcotraficantes.
Con tecnología de Blogger.