Pide prepararse para lo peor en mina de Nueva Zelanda

El robot de desactivación de bombas que fue introducido en la mina Pike River para evaluar sus condiciones y saber el destino de los hombres desaparecidos hizo cortocircuito el martes, luego de haber tocado una zona anegada.
El ejército de Nueva Zelanda y las autoridades de Australia occidental enviaron robots de reemplazo en avión, dijo el superintendente de la policía Gary Knowles, quien encabeza la operación de rescate.
"La toxicidad es demasiado inestable todavía como para enviar equipos de rescate", dijo Knowles a los periodistas. "Esta es una situación muy grave y cuanto más tiempo pasa, las esperanzas se desvanecen, así que tenemos que ser realistas".
Los equipos de rescate no pueden ingresar a la mina porque los gases tóxicos y potencialmente explosivos se arremolinan dentro de los túneles y hay altas temperaturas que se cree provienen de restos ardientes.
La descompostura del robot y las imágenes de cámaras de seguridad que mostraron el enorme poder destructivo de la explosión del viernes pasado hizo que cayeran en picado las esperanzas de los familiares de que los hombres hayan sobrevivido.
Las imágenes muestran un muro de polvo blanco saliendo de la entrada de la mina y piedras pequeñas que salían rodando durante casi un minuto por la fuerza de la explosión en la mina.
"Esperamos y oramos para que los desaparecidos estén vivos y bien", dijo el primer ministro John Key, en un discurso sombrío ante el Parlamento. "Pero dado que no hemos tenido contacto con los hombres durante casi cuatro días, la situación sigue siendo grave. A pesar de que debemos permanecer optimistas, la policía hace planes ahora que dan por sentada la posible pérdida de vidas".
La ministra de Policía Judith Collins dijo que todo el mundo comparte la frustración de las familias de los mineros porque el rescate sigue sin comenzar.
"La situación es sombría, es grave", dijo. "Pero no podemos mandar a la gente bajo tierra sin arriesgar sus vidas".