Yankees cierran mal la temporada

Cuando Mariano Rivera, lo más cercano al automático en las entradas finales en las Grandes Ligas, empieza a fallar, entonces llegó la hora de decir que algo anda mal con los Yankees de Nueva York. Y esas no son buenas noticias.

Los Yankees están sumidos en un pésimo momento cuando la vuelta regular ve llegar su fecha de cierre. Es precisamente el tiempo que han escogido para jugar mal lo que más debe mover a preocupación a los campeones.

El fin de semana estuvieron cerca de ser barridos por un Boston que intentó realizar otro milagro contra los Mulos del Bronx.

El sueño quedó pulverizado con la transferencia de Hideki Okajima contra Juan Miranda con las bases llenas en el décimo episodio.

Fue el momento de empezar a preparar el entierro de los Medias Rojas, pero otro indicio más de que la tropa que dirige Joe Girardi necesita “anillar” su motor rápidamente si es que espera avanzar en la postemporada que se inicia la semana entrante.

Mariano lleva tres intentos fallidos de rescate en sus seis últimos intentos. El veterano de 40 años ha lucido como un mortal recientemente.

Es la primera vez en su gloriosa carrera que tiene más de dos oportunidades de salvamento desperdiciadas de septiembre en adelante. Hace rato que no se le veía trabajando como ayer, cuatro horas antes del partido con su entrenador de pitcheo.
“Localización”, dijo a la prensa sobre su entrenamiento de ayer.

Mala rotación. Fuera de CC Sabathia y Phil Hughes, los integrantes de la rotación de los Yankees son un desastre.

A.J. Burnett ha sido todo un fiasco con su récord de 10-15 y un promedio de carreras limpias de 5.33. Su relevo no se parece al de 2009 y las preocupaciones se sienten en la novena que más invierte en las Mayores.

Ofensiva que aporta

Al menos sus bates no están tan rezagados. Hombres como Alex Rodríguez y Curtis Granderson están dando la cara por la escuadra.
Rodríguez está a ley de un jonrón para los 30.

Se ha visto un Derek Jeter diferente y no hay dudas de que lanzarle a esa alineación debe ser un dolor de cabeza para cualquier rival en postemporada.