Madre pide ayuda para tratar caso de una hija enferma
Por: Doris Pantaleón
Cabral, Barahona. Desde que Morayma nació, hace 10 años, la tranquilidad de Deysi, su madre, desapareció. A las dificultades diarias para darle manutención junto a sus otros cuatro hijos, se sumó el hecho de que la niña nació con problemas de salud que le obligan a estar constantemente buscando asistencia médica.
Lo que más le preocupa a Deysi no son los problemas mentales que presenta la niña, sino el hecho que no crece normalmente y los médicos le dan pocas esperanzas.
A pesar de que tiene 10 años, Morayma no supera el tamaño de un niño de seis.
Su madre dice que son muchos los estudios médicos que ha tenido que practicarle y cada uno cuesta entre dos mil y tres mil pesos, que para reunirlos, cada vez que viaja a la capital donde la atiende, pasa semanas sentada en una silla tejiendo mallas para pescar que vende entre 15 y 12 pesos, el único oficio que conoce. Su pobreza es extrema y, para llevar la niña al médico tiene que sacrificar hasta la comida de los demás hijos.
“Mire, cuando tengo cita en el Angelita (hospital Infantil Robert
Reid Cabral), que son varias veces al año porque son muchos especialistas que la ven, me voy la mayoría de las veces sólo con el pasaje de ir, pero el Señor me hace la obra, y siempre encuentro quien me dé el de regresar”, dice sonriente.
Deysi, de 37 años, vive con sus niños en una empobrecida vivienda. Al ver pasar reporteros del LISTÍN DIARIO tomó la niña de la mano y contó sus necesidades, que para cubrirlas apela a la solidaridad.
Dice que la niña es atendida por genetistas, diabetólogos, nutricionistas, psicólogos y hematólogos, ya que sufre de anemia severa.
Agrega que para ello tiene que viajar constantemente a la capital y que su deseo es poder someterla a un tratamiento para que crezca, pero es muy costoso. Quien quiera ayudarla puede llamar a los teléfonos 809-672- 0343 y 809-243-4094.
Deysi sueña con que su hija crezca normal, y cuenta el dolor que sintió hace un año cuando una doctora del Robert Reid le dijo que para qué ella quería que la niña creciera, si no era más que una “loca que lo más que podía era darle un pescozón cuando fuera más grande”.
Asegura que eso le dolió en el alma y por eso no ha vuelto más a ese departamento, cuyo nombre no recuerda.
Cabral, Barahona. Desde que Morayma nació, hace 10 años, la tranquilidad de Deysi, su madre, desapareció. A las dificultades diarias para darle manutención junto a sus otros cuatro hijos, se sumó el hecho de que la niña nació con problemas de salud que le obligan a estar constantemente buscando asistencia médica.
Lo que más le preocupa a Deysi no son los problemas mentales que presenta la niña, sino el hecho que no crece normalmente y los médicos le dan pocas esperanzas.
A pesar de que tiene 10 años, Morayma no supera el tamaño de un niño de seis.
Su madre dice que son muchos los estudios médicos que ha tenido que practicarle y cada uno cuesta entre dos mil y tres mil pesos, que para reunirlos, cada vez que viaja a la capital donde la atiende, pasa semanas sentada en una silla tejiendo mallas para pescar que vende entre 15 y 12 pesos, el único oficio que conoce. Su pobreza es extrema y, para llevar la niña al médico tiene que sacrificar hasta la comida de los demás hijos.
“Mire, cuando tengo cita en el Angelita (hospital Infantil Robert
Reid Cabral), que son varias veces al año porque son muchos especialistas que la ven, me voy la mayoría de las veces sólo con el pasaje de ir, pero el Señor me hace la obra, y siempre encuentro quien me dé el de regresar”, dice sonriente.
Deysi, de 37 años, vive con sus niños en una empobrecida vivienda. Al ver pasar reporteros del LISTÍN DIARIO tomó la niña de la mano y contó sus necesidades, que para cubrirlas apela a la solidaridad.
Dice que la niña es atendida por genetistas, diabetólogos, nutricionistas, psicólogos y hematólogos, ya que sufre de anemia severa.
Agrega que para ello tiene que viajar constantemente a la capital y que su deseo es poder someterla a un tratamiento para que crezca, pero es muy costoso. Quien quiera ayudarla puede llamar a los teléfonos 809-672- 0343 y 809-243-4094.
Deysi sueña con que su hija crezca normal, y cuenta el dolor que sintió hace un año cuando una doctora del Robert Reid le dijo que para qué ella quería que la niña creciera, si no era más que una “loca que lo más que podía era darle un pescozón cuando fuera más grande”.
Asegura que eso le dolió en el alma y por eso no ha vuelto más a ese departamento, cuyo nombre no recuerda.