Ecuador declara Estado de excepción tras revuelta policial; Fuerzas militares piden a los policías deponer actitud
QUITO (Agencias).- El Gobierno de Ecuador decretó este jueves el estado de excepción en todo el territorio nacional y delegó a las Fuerzas Armadas la seguridad interna y externa del país.
El secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, dijo en rueda de prensa desde el Palacio de Gobierno que se declara el "estado de excepción por una semana" y que en ese periodo las fuerzas militares asumirán el control de la seguridad interna y externa del Estado
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha acusado a la oposición de intentar derrocarle con un golpe de Estado y confirmó que está estudiando la posibilidad de disolver el Parlamento en medio de graves protestas policiales.
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Jefe de fuerzas militares pide a manifestantes que depongan su actitud
QUITO El jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, el general Ernesto González, llamó hoy a la policía y a los militares que encabezan las protestas contra el Gobierno a que depongan su actitud y se preserve el estado de derecho.
"Invitamos a la policía nacional y a sectores de la sociedad civil y a ciertos elementos de la institución armada a deponer su actitud", dijo González en una conexión televisiva emitida por todos los canales.
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Un grupo de policías ocupó la sede de la Asamblea Nacional, en Quito, e impidió el ingreso o salida de las personas que trabajan allí, informó a Efe una fuente parlamentaria. Además, varios legisladores han denunciado que fueron desalojados por los agentes de edificios aledaños a la Asamblea, donde tienen sus despachos.
"Todo está tranquilo, pero los policías impiden la entrada o salida de personas", incluidos los legisladores, precisó la fuente de la Asamblea. Además, dijo que "un grupo pequeño de policías, que pertenecerían al Regimiento Quito, unidad que fue el centro de la protesta de los agentes en la mañana, se encuentra actualmente en la sede parlamentaria.
Miles de policías iniciaron este jueves una protesta en contra de unas enmiendas a la ley de servicio público, que se tramita en el Legislativo, que consideran lesiva a sus intereses. La protesta policial generó un caos en varias ciudades del país y obligó a cerrar el aeropuerto internacional de Quito.
Cientos de policías ocuparon y bloquearon esta mañana el Regimiento de Quito, el mayor del país. Los agentes llegaron a lanzar gases lacrimógenos a Correa cuando éste abandonaba las instalaciones después de intentar dialogar con los manifestantes. El presidente ecuatoriano fue trasladado a un hospital para recibir tratamiento y recuperarse de la agresión.
Correa explicó la situación vivida desde el mismo hospital. En una entrevista telefónica, el mandatario dijo: "Hubo una bomba que estalló a pocos centímetros de mi rostro. En estos momentos estoy con un suero y hielo, recuperándome".
El presidente afirmó que sus allegados le han informado de que los policías han cercado los alrededores y revisan las ambulancias para constatar si va en una de ellas. "Sería un secuestro del presidente de la República... sería el colmo de la traición a la patria".
Sobre las razones de la huelga, añadió que se trata de una serie de desinformaciones, que los sueldos no se reducirán sino que se triplicarán. "La ley establece que habrá compensaciones para aquellos que tienen que trabajar horas extra. Esto es una conspiración permanente de los que no pueden ganar en las urnas".
'Mátenme si tienen valor'
Rafael Correa llegó esta mañana al Regimiento Quito, el mayor del país, para intentar dialogar con los policías amotinados. Fue recibido con gritos, por lo que el jefe de Estado entró en las instalaciones y desde una ventana se dirigió a los policías de tropa. Se quitó la corbata y se abrió la camisa para mostrar que no llevaba protección antibalas.
"Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", dijo Correa visiblemente exaltado al asegurar que su Gobierno seguirá "con una sola política de justicia, dignidad".
"Si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa, si quieren traicionar su misión de policías, su juramento, traiciónenlo, pero este presidente y este Gobierno seguirán haciendo lo que tiene que hacer", añadió Correa. "Si quieren destruir la patria, destrúyanla, pero este presidente no da ni un paso atrás. Viva la patria", finalizó Correa.
El hospital donde se encuentra Correa está rodeado por policías y manifestantes que impiden salir al presidente ecuatoriano. "Me dicen que han cercado los alrededores", dijo el propio Correa a la Radio Pública.
Los policías de tropa, que escondían sus rostros de las cámaras, también incendiaron neumáticos en las afueras del regimiento para agudizar la protesta, inédita en Ecuador. En medio de las protestas, los policías pedían a gritos a los militares que los apoyen al considerar que también a las Fuerzas Armadas afecta la decisión de eliminar incentivos económicos en los ascensos y que se haya ampliado el plazo para los mismos.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, general Luis González, dijo que los militares "están subordinados a las órdenes de su comandante en jefe, el presidente Rafael Correa", al resaltar que "Ecuador vive un estado de derecho". El alto militar señaló que las Fuerzas Armadas deben resguardar la seguridad interna y externa, por lo que tomarán "las medidas que correspondan y las que pida el gobierno".
Aunque Fuerzas Armadas apoyan a Correa, unos 120 militares se han unido a las protestas. Oficiales militares se reunieron este jueves con el ministro de Defensa, Javier Ponce, a quien le expresaron su insatisfacción por el cambio en el sistema de bonificaciones y ascensos, dijo la fuente, que pidió no ser identificada.
Algunos de los militares que se reunieron con Ponce se congregaron tras el encuentro en las afueras del ministerio. Mientras, cientos de policías permanecen en el Regimiento Uno de la capital y otro grupo también se ha congregado frente al Cuartel Modelo de Guayaquil, en protesta por la reducción de sus beneficios salariales.
Cierran los bancos
Ante la situación que se está produciendo en el país con la primera crisis de este tipo que sufre el gobierno de Correa desde que llegó al poder, en 2007, los bancos privados comenzaron a cerrar sus puertas dos horas después de la apertura, una medida que también están siguiendo algunos comercios.
En el aeropuerto de Quito unos 150 policías bloquearon la pista en su protesta contra las autoridades. "Por nosotros está en el poder Correa", decían los policías, mientras se escuchaban gritos de "vamos a la guerra civil". Como método de protesta, los policías dijeron que no saldrán a las calles a hacer su trabajo hasta lograr un acuerdo con el Gobierno ecuatoriano.
Algunos policías afirmaron que la medida de protesta también se extenderá a otras zonas del país, entre ellos la provincia del Guayas, cuya capital es Guayaquil, la ciudad más poblada del país.
El presidente Correa dijo al intervenir ante los policías en el Regimiento Quito que podía esperar esa actitud de cualquier otra institución pero no de la Policía, y lamentó lo que considera una "memoria frágil" pues, en su opinión, ningún otro Gobierno ha hecho lo que el suyo por esa institución del orden.
El general Florencio Ruiz, jefe del Estado Mayor de la Policía, que llegó al Regimiento Quito, dijo a la televisión Teleamazonas que llegaba al lugar para "calmar a la gente" y decirles que "no es necesaria esta protesta" y pedirles "un diálogo respetuoso, fundamentado jurídica y técnicamente con el presidente de la República".
El intento del comandante general de la Policía, Freddy Martínez, por dialogar con los manifestantes se vio frustrado cuando se accionó una bomba de gas lacrimógeno cerca del lugar donde estaba el jefe militar en el mismo regimiento.
El secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, dijo en rueda de prensa desde el Palacio de Gobierno que se declara el "estado de excepción por una semana" y que en ese periodo las fuerzas militares asumirán el control de la seguridad interna y externa del Estado
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha acusado a la oposición de intentar derrocarle con un golpe de Estado y confirmó que está estudiando la posibilidad de disolver el Parlamento en medio de graves protestas policiales.
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Jefe de fuerzas militares pide a manifestantes que depongan su actitud
QUITO El jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, el general Ernesto González, llamó hoy a la policía y a los militares que encabezan las protestas contra el Gobierno a que depongan su actitud y se preserve el estado de derecho.
"Invitamos a la policía nacional y a sectores de la sociedad civil y a ciertos elementos de la institución armada a deponer su actitud", dijo González en una conexión televisiva emitida por todos los canales.
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Un grupo de policías ocupó la sede de la Asamblea Nacional, en Quito, e impidió el ingreso o salida de las personas que trabajan allí, informó a Efe una fuente parlamentaria. Además, varios legisladores han denunciado que fueron desalojados por los agentes de edificios aledaños a la Asamblea, donde tienen sus despachos.
"Todo está tranquilo, pero los policías impiden la entrada o salida de personas", incluidos los legisladores, precisó la fuente de la Asamblea. Además, dijo que "un grupo pequeño de policías, que pertenecerían al Regimiento Quito, unidad que fue el centro de la protesta de los agentes en la mañana, se encuentra actualmente en la sede parlamentaria.
Miles de policías iniciaron este jueves una protesta en contra de unas enmiendas a la ley de servicio público, que se tramita en el Legislativo, que consideran lesiva a sus intereses. La protesta policial generó un caos en varias ciudades del país y obligó a cerrar el aeropuerto internacional de Quito.
Cientos de policías ocuparon y bloquearon esta mañana el Regimiento de Quito, el mayor del país. Los agentes llegaron a lanzar gases lacrimógenos a Correa cuando éste abandonaba las instalaciones después de intentar dialogar con los manifestantes. El presidente ecuatoriano fue trasladado a un hospital para recibir tratamiento y recuperarse de la agresión.
Correa explicó la situación vivida desde el mismo hospital. En una entrevista telefónica, el mandatario dijo: "Hubo una bomba que estalló a pocos centímetros de mi rostro. En estos momentos estoy con un suero y hielo, recuperándome".
El presidente afirmó que sus allegados le han informado de que los policías han cercado los alrededores y revisan las ambulancias para constatar si va en una de ellas. "Sería un secuestro del presidente de la República... sería el colmo de la traición a la patria".
Sobre las razones de la huelga, añadió que se trata de una serie de desinformaciones, que los sueldos no se reducirán sino que se triplicarán. "La ley establece que habrá compensaciones para aquellos que tienen que trabajar horas extra. Esto es una conspiración permanente de los que no pueden ganar en las urnas".
'Mátenme si tienen valor'
Rafael Correa llegó esta mañana al Regimiento Quito, el mayor del país, para intentar dialogar con los policías amotinados. Fue recibido con gritos, por lo que el jefe de Estado entró en las instalaciones y desde una ventana se dirigió a los policías de tropa. Se quitó la corbata y se abrió la camisa para mostrar que no llevaba protección antibalas.
"Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", dijo Correa visiblemente exaltado al asegurar que su Gobierno seguirá "con una sola política de justicia, dignidad".
"Si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa, si quieren traicionar su misión de policías, su juramento, traiciónenlo, pero este presidente y este Gobierno seguirán haciendo lo que tiene que hacer", añadió Correa. "Si quieren destruir la patria, destrúyanla, pero este presidente no da ni un paso atrás. Viva la patria", finalizó Correa.
El hospital donde se encuentra Correa está rodeado por policías y manifestantes que impiden salir al presidente ecuatoriano. "Me dicen que han cercado los alrededores", dijo el propio Correa a la Radio Pública.
Los policías de tropa, que escondían sus rostros de las cámaras, también incendiaron neumáticos en las afueras del regimiento para agudizar la protesta, inédita en Ecuador. En medio de las protestas, los policías pedían a gritos a los militares que los apoyen al considerar que también a las Fuerzas Armadas afecta la decisión de eliminar incentivos económicos en los ascensos y que se haya ampliado el plazo para los mismos.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, general Luis González, dijo que los militares "están subordinados a las órdenes de su comandante en jefe, el presidente Rafael Correa", al resaltar que "Ecuador vive un estado de derecho". El alto militar señaló que las Fuerzas Armadas deben resguardar la seguridad interna y externa, por lo que tomarán "las medidas que correspondan y las que pida el gobierno".
Aunque Fuerzas Armadas apoyan a Correa, unos 120 militares se han unido a las protestas. Oficiales militares se reunieron este jueves con el ministro de Defensa, Javier Ponce, a quien le expresaron su insatisfacción por el cambio en el sistema de bonificaciones y ascensos, dijo la fuente, que pidió no ser identificada.
Algunos de los militares que se reunieron con Ponce se congregaron tras el encuentro en las afueras del ministerio. Mientras, cientos de policías permanecen en el Regimiento Uno de la capital y otro grupo también se ha congregado frente al Cuartel Modelo de Guayaquil, en protesta por la reducción de sus beneficios salariales.
Cierran los bancos
Ante la situación que se está produciendo en el país con la primera crisis de este tipo que sufre el gobierno de Correa desde que llegó al poder, en 2007, los bancos privados comenzaron a cerrar sus puertas dos horas después de la apertura, una medida que también están siguiendo algunos comercios.
En el aeropuerto de Quito unos 150 policías bloquearon la pista en su protesta contra las autoridades. "Por nosotros está en el poder Correa", decían los policías, mientras se escuchaban gritos de "vamos a la guerra civil". Como método de protesta, los policías dijeron que no saldrán a las calles a hacer su trabajo hasta lograr un acuerdo con el Gobierno ecuatoriano.
Algunos policías afirmaron que la medida de protesta también se extenderá a otras zonas del país, entre ellos la provincia del Guayas, cuya capital es Guayaquil, la ciudad más poblada del país.
El presidente Correa dijo al intervenir ante los policías en el Regimiento Quito que podía esperar esa actitud de cualquier otra institución pero no de la Policía, y lamentó lo que considera una "memoria frágil" pues, en su opinión, ningún otro Gobierno ha hecho lo que el suyo por esa institución del orden.
El general Florencio Ruiz, jefe del Estado Mayor de la Policía, que llegó al Regimiento Quito, dijo a la televisión Teleamazonas que llegaba al lugar para "calmar a la gente" y decirles que "no es necesaria esta protesta" y pedirles "un diálogo respetuoso, fundamentado jurídica y técnicamente con el presidente de la República".
El intento del comandante general de la Policía, Freddy Martínez, por dialogar con los manifestantes se vio frustrado cuando se accionó una bomba de gas lacrimógeno cerca del lugar donde estaba el jefe militar en el mismo regimiento.