Castro asegura que lo malinterpretaron sobre modelo cubano
La Habana. (EFE). El líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, matizó hoy sus explosivas declaraciones del pasado martes y recordó que es el capitalismo el que ha fracasado, subrayó el sufrimiento de los musulmanes en el mundo y se explayó también sobre la "crisis de los misiles" de 1962.
Tras dos días de revuelo mundial después de que la revista estadounidense The Atlantic publicara sus declaraciones de que "el modelo cubano ya no funciona ni para nosotros", Castro matizó hoy en la Universidad de La Habana esa declaración y afirmó exactamente lo contrario de lo que todo el mundo interpretó.
Las palabras de Castro habían causado un enorme estupor dentro y fuera de la isla, y originaron ríos de tinta sobre un supuesto reconocimiento del fracaso del socialismo cubano y el apoyo a las reformas emprendidas por su hermano, Raúl Castro, pero ni un solo medio oficial hizo la más mínima alusión a la famosa frase.
Fidel no negó hoy haber dicho esas palabras ni puso en cuestión el trabajo del entrevistador de la revista, Jeffrey Goldberg, un "gran periodista" que "no inventa frases", ni el de la compañera de éste último, Julia Sweig, periodista y analista del Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU.
Sin embargo, el Comandante matizó que su frase "representaba exactamente lo contrario de lo que ambos periodistas norteamericanos interpretaron sobre el modelo cubano".
Entonces Fidel explicó lo que había querido decir: "Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos, ni para el mundo, al que conduce de crisis en crisis que son cada vez más globales y repetidas (...) Cómo podría servir semejante sistema para un país socialista como Cuba?".
Pero Fidel no sólo matizó esa frase, también hizo lo propio al referirse a su inusual defensa de los judíos en aquella entrevista, al recordar que "no fueron los únicos perseguidos y calumniados por sus creencias: los musulmanes, durante bastante más de 12 siglos, fueron atacados y perseguidos por los cristianos europeos".
Además, junto al reconocimiento del sufrimiento de los judíos, Fidel atacó duramente al estado de Israel, al decir que allí "los palestinos son privados de sus tierras, sus casas son demolidas por monstruosos equipos y, hombres, mujeres y niños, bombardeados con fósforo vivo y otros medios de exterminio".
Con respecto al programa nuclear iraní, que es objeto de gran parte de sus preocupaciones en los últimos meses por la tensión generada en la zona del Golfo Pérsico, el líder cubano lo defendió al recordar que "el temor de que (el programa iraní) busca la producción de armamento nuclear es solo una suposición".
Tampoco la polémica sobre la proyectada quema del Corán en una iglesia de la Florida escapó a sus comentarios, pues interpretó que todas las negociaciones emprendidas con el pastor Terry Jones, que promueve esa quema, han significado "un descomunal show mediático, cosas propias de un imperio que se hunde".
Su repaso por la actualidad también le hizo fijarse en Francia y en la expulsión de los gitanos "víctimas de la crueldad de la extrema derecha francesa, que eleva ya a siete mil de ellos, las víctimas de otra especie de holocausto racial".
Dentro de toda la serie de matizaciones que Castro hizo hoy, también las hubo referidas a su supuesto arrepentimiento en la crisis de los misiles de 1962, cuando dijo: "de haber sabido lo que ahora sé", hoy no habría repetido la recomendación que entonces hizo a la Unión Soviética de atacar a Estados Unidos.
Castro explicó este viernes que esta última frase era una "obvia referencia a la traición cometida por un presidente de la Unión Soviética que, saturado de sustancias etílicas, entregó a Estados Unidos los más importantes secretos militares de aquel país", sin identificar a aquel mandatario.
Además, el líder de la Revolución aseguró que hubo "una profunda ironía" en aquellas palabras. En 1962, "si Estados Unidos invadía Cuba, país con armas nucleares rusas, en ese caso yo recomendaba impedir que el enemigo asestara el primer golpe", recalcó.
Con su discurso de hoy, Fidel Castro vuelve a ser fiel a sí mismo y todas las declaraciones con las que últimamente ha ido sorprendiendo al mundo parecen de nuevo un espejismo en un país donde sus palabras siempre han sido leídas como el faro de la revolución.
Tras dos días de revuelo mundial después de que la revista estadounidense The Atlantic publicara sus declaraciones de que "el modelo cubano ya no funciona ni para nosotros", Castro matizó hoy en la Universidad de La Habana esa declaración y afirmó exactamente lo contrario de lo que todo el mundo interpretó.
Las palabras de Castro habían causado un enorme estupor dentro y fuera de la isla, y originaron ríos de tinta sobre un supuesto reconocimiento del fracaso del socialismo cubano y el apoyo a las reformas emprendidas por su hermano, Raúl Castro, pero ni un solo medio oficial hizo la más mínima alusión a la famosa frase.
Fidel no negó hoy haber dicho esas palabras ni puso en cuestión el trabajo del entrevistador de la revista, Jeffrey Goldberg, un "gran periodista" que "no inventa frases", ni el de la compañera de éste último, Julia Sweig, periodista y analista del Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU.
Sin embargo, el Comandante matizó que su frase "representaba exactamente lo contrario de lo que ambos periodistas norteamericanos interpretaron sobre el modelo cubano".
Entonces Fidel explicó lo que había querido decir: "Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos, ni para el mundo, al que conduce de crisis en crisis que son cada vez más globales y repetidas (...) Cómo podría servir semejante sistema para un país socialista como Cuba?".
Pero Fidel no sólo matizó esa frase, también hizo lo propio al referirse a su inusual defensa de los judíos en aquella entrevista, al recordar que "no fueron los únicos perseguidos y calumniados por sus creencias: los musulmanes, durante bastante más de 12 siglos, fueron atacados y perseguidos por los cristianos europeos".
Además, junto al reconocimiento del sufrimiento de los judíos, Fidel atacó duramente al estado de Israel, al decir que allí "los palestinos son privados de sus tierras, sus casas son demolidas por monstruosos equipos y, hombres, mujeres y niños, bombardeados con fósforo vivo y otros medios de exterminio".
Con respecto al programa nuclear iraní, que es objeto de gran parte de sus preocupaciones en los últimos meses por la tensión generada en la zona del Golfo Pérsico, el líder cubano lo defendió al recordar que "el temor de que (el programa iraní) busca la producción de armamento nuclear es solo una suposición".
Tampoco la polémica sobre la proyectada quema del Corán en una iglesia de la Florida escapó a sus comentarios, pues interpretó que todas las negociaciones emprendidas con el pastor Terry Jones, que promueve esa quema, han significado "un descomunal show mediático, cosas propias de un imperio que se hunde".
Su repaso por la actualidad también le hizo fijarse en Francia y en la expulsión de los gitanos "víctimas de la crueldad de la extrema derecha francesa, que eleva ya a siete mil de ellos, las víctimas de otra especie de holocausto racial".
Dentro de toda la serie de matizaciones que Castro hizo hoy, también las hubo referidas a su supuesto arrepentimiento en la crisis de los misiles de 1962, cuando dijo: "de haber sabido lo que ahora sé", hoy no habría repetido la recomendación que entonces hizo a la Unión Soviética de atacar a Estados Unidos.
Castro explicó este viernes que esta última frase era una "obvia referencia a la traición cometida por un presidente de la Unión Soviética que, saturado de sustancias etílicas, entregó a Estados Unidos los más importantes secretos militares de aquel país", sin identificar a aquel mandatario.
Además, el líder de la Revolución aseguró que hubo "una profunda ironía" en aquellas palabras. En 1962, "si Estados Unidos invadía Cuba, país con armas nucleares rusas, en ese caso yo recomendaba impedir que el enemigo asestara el primer golpe", recalcó.
Con su discurso de hoy, Fidel Castro vuelve a ser fiel a sí mismo y todas las declaraciones con las que últimamente ha ido sorprendiendo al mundo parecen de nuevo un espejismo en un país donde sus palabras siempre han sido leídas como el faro de la revolución.