Los pequeños negocios sirven de subsistencia a familias desempleadas
Por: Lusbania Santos
SANTIAGO.- La República Dominicana figura entre los países con más alta tasa de desempleo de América Latina, según el estudio “Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe” realizado por la Organización Internacional del Trabajo.
Según el informe, el desempleo urbano se incrementó en 1.4% entre los años 2000 a 2008 en este país.
Y aunque la falta de empleos aquí es una realidad ineludible, hay quienes no se han quedado de brazos cruzados sino que por el contrario han puesto a funcionar la creatividad y el ingenio y han ideado medios que le generen dinero y con los que puedan subsistir y sustentar a sus familias.
Los puestos de frutas en las distintas esquinas de las calles de los sectores por lo menos de esta ciudad son evidencias de esos negocios informales que han tenido que surgir ante la falta de empleo de los ciudadanos de aquí.
En el sector La Villa Olímpica de esta ciudad, por ejemplo, son varios los estantes que se alcanzan a ver en las esquinas exhibiendo frutas y vegetales comercializados por mujeres y hombres, algunos de hechos incluso profesionales, pero desempleados.
Otros que ante la falta de trabajos decidieron lanzarse al mercado en busca de los “chelitos” y emprendieron su propio negocio.
Ese es el caso de Yisel Batista quien todos los días, desde las 8:00 de la mañana invade la esquina que intercepta las manzanas b y c de la Villa Olímpica con su puesto de frutas, el cual se ha convertido en un negocio de subsistencia para su familia.
No sólo Yisel, trabaja en este negocio, sino que toda la familia se ha involucrado en la venta de frutas y vegetales desde esa esquina.
Su esposo, suegra y sobrinos también forman parte de esta “pequeña empresa”. Tienen un calendario establecido y cada uno tiene su horario para vender en el negocio que como contó Yisel les proporciona los recursos económicos para subsistir y “ha unificado aún más a nuestra familia”.
Yisel contó que a “muchas personas se les hace difícil tener que ir al hospedaje o a otros lugares a comprar las verduras por la falta de tiempo… entonces, con este negocio estamos facilitándole la vida a mucha gente… vimos la necesidad en el sector y la aprovechamos para suplir también nuestra necesidad” sostuvo.
Asimismo indicó que tiene cinco meses con el negocio y que a la fecha ha conseguido varios clientes fijos que no dejan de visitar el puesto en las mañanas o en la tarde en busca de sus productos que por cierto comercializa a precios muy bajos.
Pero Yisel no es la única que realiza este tipo de oficios en la Villa Olímpica, en la manzana A del mismo sector se encuentra Andrés Bueno, un Joven de 18 años de edad que además de estudiar también es propietario de un negocio de venta de frutas en las afueras del edificio donde vive.
Con un estante pintado de color verde y decorado con una diversidad de vegetales y frutas se encuentra el joven desde las 7:00 de la mañana, arreglando el negocio con el que por cierto ya tiene más de un año contó.
Dijo que la idea le surgió porque necesitaba dinero y no encontraba trabajo y en este sentido trajo a colación la sonada frase “la necesidad es la madre de la creatividad”.
“Una señora que pasaba por mi casa, un día me llamó para preguntarme
si no sabía donde vendían frutas cerca… ahí me surgió la idea de poner un estante con frutas y verduras en las afueras de mi casa” narró.
Sostuvo que del negocio obtiene el dinero para costear sus estudios universitarios y que dependiendo de las ventas puede ganarse de 400 a 500 pesos diarios con lo que además provee para su madre y sus 3 hermanos.
Al igual que Yisel y Andrés son varias las personas que han tenido que ingeniársela para conseguir dinero de manera digna ante la falta de empleos que es un problema que enfrenta el país.
Pocas oportunidades Los vendedores ambulantes coinciden en que llegaron a ese medio de vida empujados por el creciente desempleo, la falta de oportunidades, la crisis económica y la incertidumbre que sienten sobre su porvenir.
Desempleo y la vida
El desempleo es un problema grave en República Dominicana. Durante los primeros cuatro meses de 2010, el Banco Central estableció la tasa de desocupación en 14.5 por ciento.
Esto provoca que miles de familias se lancen a diario a la calles para conseguir el sustento familiar diario, lo que genera un gran mercado de consumo al por menor.
SANTIAGO.- La República Dominicana figura entre los países con más alta tasa de desempleo de América Latina, según el estudio “Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe” realizado por la Organización Internacional del Trabajo.
Según el informe, el desempleo urbano se incrementó en 1.4% entre los años 2000 a 2008 en este país.
Y aunque la falta de empleos aquí es una realidad ineludible, hay quienes no se han quedado de brazos cruzados sino que por el contrario han puesto a funcionar la creatividad y el ingenio y han ideado medios que le generen dinero y con los que puedan subsistir y sustentar a sus familias.
Los puestos de frutas en las distintas esquinas de las calles de los sectores por lo menos de esta ciudad son evidencias de esos negocios informales que han tenido que surgir ante la falta de empleo de los ciudadanos de aquí.
En el sector La Villa Olímpica de esta ciudad, por ejemplo, son varios los estantes que se alcanzan a ver en las esquinas exhibiendo frutas y vegetales comercializados por mujeres y hombres, algunos de hechos incluso profesionales, pero desempleados.
Otros que ante la falta de trabajos decidieron lanzarse al mercado en busca de los “chelitos” y emprendieron su propio negocio.
Ese es el caso de Yisel Batista quien todos los días, desde las 8:00 de la mañana invade la esquina que intercepta las manzanas b y c de la Villa Olímpica con su puesto de frutas, el cual se ha convertido en un negocio de subsistencia para su familia.
No sólo Yisel, trabaja en este negocio, sino que toda la familia se ha involucrado en la venta de frutas y vegetales desde esa esquina.
Su esposo, suegra y sobrinos también forman parte de esta “pequeña empresa”. Tienen un calendario establecido y cada uno tiene su horario para vender en el negocio que como contó Yisel les proporciona los recursos económicos para subsistir y “ha unificado aún más a nuestra familia”.
Yisel contó que a “muchas personas se les hace difícil tener que ir al hospedaje o a otros lugares a comprar las verduras por la falta de tiempo… entonces, con este negocio estamos facilitándole la vida a mucha gente… vimos la necesidad en el sector y la aprovechamos para suplir también nuestra necesidad” sostuvo.
Asimismo indicó que tiene cinco meses con el negocio y que a la fecha ha conseguido varios clientes fijos que no dejan de visitar el puesto en las mañanas o en la tarde en busca de sus productos que por cierto comercializa a precios muy bajos.
Pero Yisel no es la única que realiza este tipo de oficios en la Villa Olímpica, en la manzana A del mismo sector se encuentra Andrés Bueno, un Joven de 18 años de edad que además de estudiar también es propietario de un negocio de venta de frutas en las afueras del edificio donde vive.
Con un estante pintado de color verde y decorado con una diversidad de vegetales y frutas se encuentra el joven desde las 7:00 de la mañana, arreglando el negocio con el que por cierto ya tiene más de un año contó.
Dijo que la idea le surgió porque necesitaba dinero y no encontraba trabajo y en este sentido trajo a colación la sonada frase “la necesidad es la madre de la creatividad”.
“Una señora que pasaba por mi casa, un día me llamó para preguntarme
si no sabía donde vendían frutas cerca… ahí me surgió la idea de poner un estante con frutas y verduras en las afueras de mi casa” narró.
Sostuvo que del negocio obtiene el dinero para costear sus estudios universitarios y que dependiendo de las ventas puede ganarse de 400 a 500 pesos diarios con lo que además provee para su madre y sus 3 hermanos.
Al igual que Yisel y Andrés son varias las personas que han tenido que ingeniársela para conseguir dinero de manera digna ante la falta de empleos que es un problema que enfrenta el país.
Pocas oportunidades Los vendedores ambulantes coinciden en que llegaron a ese medio de vida empujados por el creciente desempleo, la falta de oportunidades, la crisis económica y la incertidumbre que sienten sobre su porvenir.
Desempleo y la vida
El desempleo es un problema grave en República Dominicana. Durante los primeros cuatro meses de 2010, el Banco Central estableció la tasa de desocupación en 14.5 por ciento.
Esto provoca que miles de familias se lancen a diario a la calles para conseguir el sustento familiar diario, lo que genera un gran mercado de consumo al por menor.