iraquíes se muestran inseguros ante la retirada militar de los EE.UU.
BAGDAD, IRAK. Muchos iraquíes han recibido con temor el anuncio de la retirada de la última brigada de combate de EE.UU. de su país. La mayoría expresan sus dudas sobre las capacidades de las fuerzas iraquíes para protegerlos en un país, donde la violencia no parece tener fin. "Los estadounidenses deberían esperar hasta que el ejército y la policía iraquí hayan terminado su formación y ser una fuerza realmente eficaz", indicó Ali Khalaf, un ingeniero de 30 años en el distrito de Salhiya, en el centro de la capital Bagdad.
Después de siete años de ocupación y tras la polémica invasión, la última noche de las brigadas estadounidenses de combate debería parecer una buena noticia para muchos iraquíes que han vivido los duros métodos de los comandos del ejército estadounidense. Pero no parece que sea así. "Nuestras fuerzas no están preparadas para proteger a la población", dice Ali Jassim Muna, un profesor de la ciudad de Basora, en el sur iraquí. "La evidencia es que los ataques tienen lugar cuando hay un significativo número de tropas iraquíes.", sentencia.
Precisamente el ataque más mortífero del año en Iraq tuvo lugar este lunes, cuando un suicida mató al menos a 59 personas en un centro de reclutamiento para el ejército en el corazón de Bagdad, que ilustra la dificultad de las fuerzas iraquíes para controlar situación.
Un oficial de policía que vigilaba un puesto de control en la capital, expresó esta fatiga de las fuerzas iraquíes para imponer el orden y las dudas que genera todo ello en la población. "La gente acusa a las fuerzas de seguridad, pero trabajamos 16 horas al día con este calor y estamos cansados", dijo el hombre de 32 años que no quiso dar su nombre al reportero de la agencia Afp. "La retirada de los estadounidenses nos dará más trabajo", lamenta.
Abu Ali, un funcionario de 34 años del Ministerio del Interior también expresa el mismo temor. "Si se retiran por completo, ¿qué pasará? Deberían quedarse porque el gobierno no dice nada de control", se lamenta.
De hecho, la situación política sigue siendo muy inestable como para que los propios iraquíes puedan gestionar el descontrol que todavía impera en las calles. Cinco meses después de las elecciones legislativas, los partidos iraquíes aún no han llegado a un acuerdo para formar un gobierno de coalición.
Ahmed Amer al-Obaidi, de 46 años, jefe de una tribu de la provincia de Diyala, hubiera preferido un retiro gradual bajo supervisión de la ONU, ya que "nuestras fuerzas no tienen suficiente experiencia ni cuentan con el suficiente material."
Culpan a EE.UU. de la violencia y la aparición de Al Qaeda
Otro motivo de preocupación es la injerencia externa. "En el contexto actual, los estadounidenses deben quedarse, porque sus acciones fomentarán la salida prematura de nuestros vecinos tanto hacia el este como el oeste", dijo el jeque Mohamed Jalaf Salman. Para este anciano de 70 años, líder de una tribu de Tarmiya, un pueblo sunita al norte de 45 km de Bagdad, la presencia de EE.UU. no ha traído nada bueno todavía.
"La violencia sectaria en 2006 y 2007 es culpa de la presencia americana, ya que dirigió el país sobre una base sectaria", dice. "Son ellos los que han provocado la aparición de Al Qaeda en Iraq". "Todos los problemas comenzaron con la invasión", dice él.
Después de siete años de ocupación y tras la polémica invasión, la última noche de las brigadas estadounidenses de combate debería parecer una buena noticia para muchos iraquíes que han vivido los duros métodos de los comandos del ejército estadounidense. Pero no parece que sea así. "Nuestras fuerzas no están preparadas para proteger a la población", dice Ali Jassim Muna, un profesor de la ciudad de Basora, en el sur iraquí. "La evidencia es que los ataques tienen lugar cuando hay un significativo número de tropas iraquíes.", sentencia.
Precisamente el ataque más mortífero del año en Iraq tuvo lugar este lunes, cuando un suicida mató al menos a 59 personas en un centro de reclutamiento para el ejército en el corazón de Bagdad, que ilustra la dificultad de las fuerzas iraquíes para controlar situación.
Un oficial de policía que vigilaba un puesto de control en la capital, expresó esta fatiga de las fuerzas iraquíes para imponer el orden y las dudas que genera todo ello en la población. "La gente acusa a las fuerzas de seguridad, pero trabajamos 16 horas al día con este calor y estamos cansados", dijo el hombre de 32 años que no quiso dar su nombre al reportero de la agencia Afp. "La retirada de los estadounidenses nos dará más trabajo", lamenta.
Abu Ali, un funcionario de 34 años del Ministerio del Interior también expresa el mismo temor. "Si se retiran por completo, ¿qué pasará? Deberían quedarse porque el gobierno no dice nada de control", se lamenta.
De hecho, la situación política sigue siendo muy inestable como para que los propios iraquíes puedan gestionar el descontrol que todavía impera en las calles. Cinco meses después de las elecciones legislativas, los partidos iraquíes aún no han llegado a un acuerdo para formar un gobierno de coalición.
Ahmed Amer al-Obaidi, de 46 años, jefe de una tribu de la provincia de Diyala, hubiera preferido un retiro gradual bajo supervisión de la ONU, ya que "nuestras fuerzas no tienen suficiente experiencia ni cuentan con el suficiente material."
Culpan a EE.UU. de la violencia y la aparición de Al Qaeda
Otro motivo de preocupación es la injerencia externa. "En el contexto actual, los estadounidenses deben quedarse, porque sus acciones fomentarán la salida prematura de nuestros vecinos tanto hacia el este como el oeste", dijo el jeque Mohamed Jalaf Salman. Para este anciano de 70 años, líder de una tribu de Tarmiya, un pueblo sunita al norte de 45 km de Bagdad, la presencia de EE.UU. no ha traído nada bueno todavía.
"La violencia sectaria en 2006 y 2007 es culpa de la presencia americana, ya que dirigió el país sobre una base sectaria", dice. "Son ellos los que han provocado la aparición de Al Qaeda en Iraq". "Todos los problemas comenzaron con la invasión", dice él.