Las purgas o regueras han desplazado a las tiendas en Barahona
Por: Juan Francisco Matos
El negocio informal de venta de ropa usada al igual que el motoconcho, es una de las actividades que motoriza la economía de Barahona, donde hay un galopante desempleo por las falta de industrias generadoras de trabajo.
A muchos que la suerte ayuda a conseguir un par de pesos, solo piensan en instalar un pequeño negocio, ya sea un ventorrillo, un colmado, una cafetería, un bar, salón de belleza, colmadón, una boutique, entre otros establecimientos.
Otros se deciden por el denominado "mercado de las purgas" o "regueras", donde se vende todo tipo de ropa usada calzados, entre otros cosas, procedente del extranjero a precios que están al alcance hasta de los chiriperos.
Pero casi todos estos últimos negocios que están instalados por el área del mercado público, están a cargo de nacionales haitianos, cuya mayoría carece de documentos.
Años atrás, en la ciudad de Barahona habían cerca de 30 tiendas, propiedad de nacionales árabes, las cuales fueron desapareciendo a medidas que "las purgas" o regueras" se incrementaban. De esas tiendas hoy solo quedan unas cuatro cinco.
"La purgas o regueras han crecido tan vertiginosamente, debido a que allí, tú con mil pesos compra un pantalón, una camisa, un par de zapatos, medias y pantaloncillos de muy buena calidad, mientras que en una tienda, ese dinero escasamente te alcanza para adquirir una camisa de baja clase", expresó el estudiante del nivel medio, Juan Samboy.
En tanto, Raysa Satén y Nicolasa Corniell, coincidieron en que en las dos o tres tiendas que quedan, solo pueden comprar las personas adineradas, mientras, que "nosotros los pobres lo hacemos en las purgas"
Se recuerda que en los gobiernos del extinto Joaquín Balaguer, los dueños de tiendas locales se quejaban de la desleal competencia de las purgas, lo que era motivo de redadas militares por el área del mercado público contra los haitianos, a quienes detenían y expatriaban a haití, por la zona fronteriza de Pedernales y Jimaní.
Pero ni con esta represión esos negocios desaparecieron, al contrario se incrementaban debido a que dominicanos ocupaban los puestos de los haitianos para dedicarse al negocio.
tan también, se recuerda que los haitianos que eran devueltos a su país de origen, a las dos o tres semanas entraban de nuevo a territorio nacional y como sus antiguos lugares de negocios eran ocupados por criollos, se instalaban en otros sitios del mercado, reanudando la actividad.
Ei ingeniero agrónomo Milciades Moquete, manifestó que a los dominicanos le gusta vestir bien, pero que debido a la situación económica se ven precisados a recurrir a las purgas, porque es en ellas que el poco dinero que disponen para ropa, le alcanza para comprar algo.
Otros comunitarios, opinaron que las referidas purgas ya están establecias en Barahona como negocios, por lo que e será muy difícil que desaparezcan a corto ni largo plazo.
El negocio informal de venta de ropa usada al igual que el motoconcho, es una de las actividades que motoriza la economía de Barahona, donde hay un galopante desempleo por las falta de industrias generadoras de trabajo.
A muchos que la suerte ayuda a conseguir un par de pesos, solo piensan en instalar un pequeño negocio, ya sea un ventorrillo, un colmado, una cafetería, un bar, salón de belleza, colmadón, una boutique, entre otros establecimientos.
Otros se deciden por el denominado "mercado de las purgas" o "regueras", donde se vende todo tipo de ropa usada calzados, entre otros cosas, procedente del extranjero a precios que están al alcance hasta de los chiriperos.
Pero casi todos estos últimos negocios que están instalados por el área del mercado público, están a cargo de nacionales haitianos, cuya mayoría carece de documentos.
Años atrás, en la ciudad de Barahona habían cerca de 30 tiendas, propiedad de nacionales árabes, las cuales fueron desapareciendo a medidas que "las purgas" o regueras" se incrementaban. De esas tiendas hoy solo quedan unas cuatro cinco.
"La purgas o regueras han crecido tan vertiginosamente, debido a que allí, tú con mil pesos compra un pantalón, una camisa, un par de zapatos, medias y pantaloncillos de muy buena calidad, mientras que en una tienda, ese dinero escasamente te alcanza para adquirir una camisa de baja clase", expresó el estudiante del nivel medio, Juan Samboy.
En tanto, Raysa Satén y Nicolasa Corniell, coincidieron en que en las dos o tres tiendas que quedan, solo pueden comprar las personas adineradas, mientras, que "nosotros los pobres lo hacemos en las purgas"
Se recuerda que en los gobiernos del extinto Joaquín Balaguer, los dueños de tiendas locales se quejaban de la desleal competencia de las purgas, lo que era motivo de redadas militares por el área del mercado público contra los haitianos, a quienes detenían y expatriaban a haití, por la zona fronteriza de Pedernales y Jimaní.
Pero ni con esta represión esos negocios desaparecieron, al contrario se incrementaban debido a que dominicanos ocupaban los puestos de los haitianos para dedicarse al negocio.
tan también, se recuerda que los haitianos que eran devueltos a su país de origen, a las dos o tres semanas entraban de nuevo a territorio nacional y como sus antiguos lugares de negocios eran ocupados por criollos, se instalaban en otros sitios del mercado, reanudando la actividad.
Ei ingeniero agrónomo Milciades Moquete, manifestó que a los dominicanos le gusta vestir bien, pero que debido a la situación económica se ven precisados a recurrir a las purgas, porque es en ellas que el poco dinero que disponen para ropa, le alcanza para comprar algo.
Otros comunitarios, opinaron que las referidas purgas ya están establecias en Barahona como negocios, por lo que e será muy difícil que desaparezcan a corto ni largo plazo.