Fundación de Pedernales socorre a niños pedigueños haitianos
Por: Odalis Baez
PEDERNALES, Decenas de niños y jovencitos pedigüeños de nacionalidad haitiana que deambulan por las calles de esta provincia, son alimentados en el comedor económico del gobierno instalado en ese municipio fronterizo, a través de la Fundación “Luz y Esperanza”, entidad que dirige la humanitaria señora, Adria Fernández.
Para lograr los alimentos cocidos sin problemas, la entidad caritativa provee de tickets a los menores que tienen edades entre 6 a 14 años, cuya mayoría de dedica a pedir y otros a lustrar zapatos en lugares públicos.
Estos son vistos a todas horas del día circular por las calles y dormir en bancos y glorietas de los parques de esa localidad, los cuales entre las 9:00 y 11:00 de la mañana, comienzan a desplazarse hacia el comedor económico, ubicado en la calle Santo Domingo, en procura de sus alimentos cocidos.
La señora Fernández, quien cuando su tiempo se lo permite se reune y comparte con los menores, a nombre de la referida fundación, gestiona ropas para y libros educativos para esos desamparados. cuya presencia en la población pasa desapercibida por las autoridades policiales y del Ministerio de Salud Pública.
"Apelamos a los funcionarios del gobierno, instituciones, empresarios, en fin, a toda las persoans de buena voluntad, para que ayuden con lo que puedan a la Fundación "Luz y Esperanza, la cual presido, para seguir socorriendo a estos seres humanos que tanto necesitan de nosotros", comentó Adría Fernández.
Los desamparados mayorcitos, en ocasiones son utilizados por dominicanos desaprensivos para cometer robos y otros actos delictivos.
Varios comunitarios, entre los que se encuentra Máximo Terrero Rubio, han denunciado ante las autoridades correspondientes el robo de sus motocicletas por parte de los desamparados de mayor edad, las cuales son introducidas al vecino país de Haití, para fines comerciales.
Se informó que muchos adultos han emigrado desde Haití y se han instalado en los poblados de Mencía, Aguas Negras, Las Mercedes, Nueva Rosa, entre otros de la provincia, algunos de los cuales envían a sus hijos menores a mendigar a las calles del municipio, para que les lleven dinero, mientras que otros se dedican a labores agrícolas por paga en fincas de terratenientes.
Este exodo por esa parte de la frontera del país, se incrementó a partir del 12 de enero pasado, cuando el hermano país fue practicamente devastado por un terrible terremoto.